[Una Semana para la Graduación]
NARRADOR OMNISCIENTE
La semana se deslizaba rápidamente hacia la graduación, y la escuela estaba en plena ebullición. Los pasillos estaban llenos de estudiantes hablando emocionados sobre el próximo partido de fútbol, que prometía ser el evento del año. Entrenadores profesionales de varios clubes habían confirmado su asistencia, buscando talentos frescos para unirse a sus equipos. Solo cuatro estudiantes serían seleccionados para esta oportunidad única, y la presión estaba en el aire.
Caleb, aunque emocionado, se sentía un poco ansioso. Desde que se lastimó el tobillo en un entrenamiento hace unas semanas, no había podido jugar con normalidad. Sin embargo, su pasión por el fútbol seguía viva, y se preparaba para animar a sus amigos en el partido.
El día del partido llegó. El campo estaba lleno de estudiantes, padres y, por supuesto, los entrenadores. Caleb se sentó en las gradas.
—Vamos, chicos, ¡a darlo todo!— gritó Caleb, levantando el puño en señal de ánimo.
El partido comenzó con una intensidad increíble. Los jugadores se movían de un lado a otro, la multitud vitoreaba y el ambiente era electrizante. A pesar de su incapacidad para jugar, Caleb no podía evitar sentir una chispa de emoción al ver a sus amigos esforzarse en el campo.
Aarón estaba jugando excepcionalmente bien, mostrando habilidades que sorprendían a todos. Caleb se sintió orgulloso de él, y a medida que avanzaba el partido, la tensión aumentaba. El marcador estaba cerrado, y cada pase, cada tiro, cada jugada contaba.
Finalmente, el pitido final resonó. El equipo de Caleb había ganado, y la celebración estalló en el campo. Los abrazos y los gritos de alegría llenaron el aire, pero, en medio de la euforia, Caleb sintió un nudo en el estómago. Sabía que no había jugado, y se preguntaba si eso afectaría sus posibilidades.
Mientras la multitud se dispersaba, Caleb se quedó en la grada, observando cómo los entrenadores se acercaban al campo para felicitar a los jugadores. De repente, un hombre alto y elegante se acercó a él, con una mirada amable.
—Hola, Caleb— dijo el entrenador, extendiendo su mano. —Soy uno de los entrenadores de los clubes que vinieron a ver el partido. Lamentamos lo de tu tobillo. No pudimos verte jugar hoy, pero hemos visto algunos videos tuyos y estamos muy impresionados.
Caleb se quedó atónito, sin poder procesar del todo la información. —¿En serio? No creí que...
—Nos gustaría ofrecerte un lugar en nuestro club— continuó el entrenador, con una sonrisa. —Creemos que tienes mucho potencial, y estamos seguros de que podrías crecer enormemente con nosotros.
—Sí, claro, ¡me encantaría!— respondió Caleb, sintiendo una oleada de emoción. Era una oportunidad que siempre había soñado.
Una vez que el entrenador se marchó, Caleb buscó a Aarón y sus amigos en la multitud. Los encontró riendo y celebrando la victoria. Se acercó a ellos, aún sin poder contener su sonrisa.
—¡Chicos! ¡Tengo que contarles algo!— dijo, interrumpiendo su celebración.
—¿Qué pasa?— preguntó Aarón, su rostro lleno de curiosidad.
—El entrenador de uno de los clubes se acercó a mí. Me ofrecieron un lugar en su equipo para el próximo año— reveló Caleb, sintiendo cómo sus amigos lo miraban con sorpresa.
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El silencio de lo Deseado
RomanceCaleb y Aarón son dos amigos inseparables en su último año de secundaria, compartiendo sueños, risas y un vínculo que va más allá de la amistad. Sin embargo, ambos ocultan sentimientos profundos que temen expresar, temiendo que sus deseos puedan rom...