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Hoy por fin era viernes, el comienzo de un rico fin de semana, lo que significa salidita por la noche. Gracias a Rauw, el dueño de las chochas a nivel planetal, salí del trabajo temprano. Si hubiera salido tarde, no había nadie que me sacara de mi casa. Mi mejor amiga tenía esta noche planeada desde hace tiempo. Íbamos para 58, la discoteca, a ver el party de Pressure, su novio.
La realidad es que yo no quería ir para allá con esa gente; me causa un poco de intranquilidad rodearme de personas así. No lo digo por mal, pero seamos honestos: ese tipo de ambiente siempre trae problemas de la calle. No quiero sonar imprudente, pero es mi opinión. Y además, sabía que Clarent iba a estar allí con sus panas, y cerca de él no quiero estar. Súper lindo, no niego que su apariencia física sea de mal gusto ni cómo me trata, pero de dónde viene y lo que hace, no me gusta.
Saber que él brega en la calle con drogas y todo ese tipo de cosas no me agrada para nada, especialmente porque sé que puede dar más que eso. A Fabián lo conozco desde la elemental. Después de que nos graduamos, nunca supe más de él hasta que me enteré de que controlaba parte de Luis Llorens.
Desde hace meses él me lleva escribiendo para salir en una cita y conocernos mejor, pero siempre le picheo. Cuando me ve en persona, no hace más que quedarse a mi lado, intentando hablar conmigo. En esos momentos es muy difícil ignorarlo, porque es evidente que tiene intenciones reales de tener una conversación. Y la verdad, es bien interesante.
𓂃⌁.˖ ࣪ャﾞ
—Eres muy dura con él, Kiara —habló Naura, regañándome por mi actitud hacia Fabián.
—Es que no lo hago por mal, es solo que lo que él hace me asusta.
—Te asusta, pero bien que te mueres por él —volteó a verme mientras agarraba la plancha de pelo.
Estábamos en su casa, metidas en su cuarto. Yo esperaba a que terminara de arreglarse para salir al party.
—¡Ugh! —solté un suspiro de frustración—. Sí, lo sé, no me lo tienes que repetir, pero ya me metí en la cabeza que eso no va a pasar.
¿Verdad? ¿O solo me estoy mintiendo a mí misma?
—Pensar así de él, con miedo a lo que pueda pasar, solo te hace sentir más curiosidad.
—¡No va a pasar y punto! —dije con fastidio.
Sus palabras me calaron hondo porque sabía que tenía razón. Me moría por Fabián, pero intentar cambiar a un hombre de la calle es un riesgo que no estoy dispuesta a tomar.
Vi a Naura negar con la cabeza en desacuerdo mientras seguía planchándose el pelo. Yo rodé los ojos y me tiré de espaldas en su cama, dejando salir el aire contenido por mi nariz. Mis pensamientos no paraban de girar en lo que ella dijo sobre mi curiosidad, que era completamente cierta, y en esos malditos ojos tan bonitos de Fabián.
