Capítulo 21

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Morrison le golpeó la espalda haciendo que se le derramara un poco la copa. Jimin apretó los dientes y ladeó sus ojos, porque no le había manchado su traje nuevo, que si no le lanzaba contra la fuente de ponche. Emma, una compañera de Jiyeon, la cual estaba siendo avasallada por los continuos intentos de Morrison para llevarla a la cama aquella noche, alargó el brazo para dejar su copa en la bandeja de algún camarero. Jimin se apartó cambiándose de lado. Iba a beber un trago de su copa, cuando le vio. En un primer momento pensó que era una de las múltiples visiones que tenía viéndole en cualquier lugar, síntoma de su claro enamoramiento, pero no parecía serlo. Era Jungkook, su Jungkook vestido en un increíble traje negro. Le estaba mirando fijamente mientras bailaba con una mujer, de la misma manera que lo había hecho con él. Sintió un repentino alivio al darse cuenta de que era Sana, pero ese alivio desapareció enseguida. Se inclinó hacia el grupo de gente con la que estaba, y se disculpó para poder marcharse. Caminó hasta allí con la vista fija en los dos. Jungkook ya no le miraba, tenía su atención puesta en Sana, pero eso pronto iba a acabar. Jimin se plantó ante ellos dos.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó sin demora.

Jungkook elevó sus ojos y le miró, para entonces, sonreírle como siempre. En ese momento Jimin le odió, no quería quererle, allí no.

—Feliz cumpleaños —contestó Jungkook, como si nada en el mundo les hubiera separado jamás.

Jimin no mostró ninguna expresión en su rostro, cosa que no ocurría en su interior.

—Gracias —contestó secamente—. Pero sigo preguntándome qué haces aquí. No recuerdo haberte invitado.

La expresión risueña de Jungkook se apagó un poco.

—He venido a acompañar a Sana —contestó.

Jimin miró por primera vez a su hermana, con unos ojos escrutadores, desconfiados y recelosos.

—¿Qué ha pasado con tu novio? ¿Estaba enfermo y has tenido que traer lo más parecido a él?

—Tenía cosas que hacer, así que le pregunté a Jungkook si no le importaba acompañarme —se limitó a contestar Sana, comenzando a molestarse por el tono de su hermano.

Jimin se volvió de nuevo hacia Jungkook.

—Qué detalle por tu parte, Jeon —dijo Jimin con una sonrisa forzada, pero en su interior estaba sonriendo de verdad.

Si Jungkook estaba allí, era por él, y no por acompañar a su hermana. Sin embargo, por otro lado, siendo realista y pensando con la mente fría, Jungkook no debía estar allí. No solo por Jimin, sino por sí mismo. Jimin comenzaba a pensar algo para hacer marchar al moreno, debía ser desagradable con él, o inventar cualquier excusa. Entonces alguien llegó a su lado. Taehyung, junto al rubio, miraba sorprendido a Jungkook.

—¿Jeon?

Jungkook sonrió, y no pareció forzarlo.

—Hola cara culo, cuánto tiempo sin verte. 

Taehyung le ignoró y miró a Jimin.

—¿Qué hace aquí? —le preguntó sin tapujos.

—Sana le ha traído —se limitó a decir con sequedad.

Taehyung compuso una mueca, Jimin sabía lo que significaba. Por el bien de ambos, Jungkook no debía estar allí. Jimin desvió la mirada.

—Si tanto querías evitar que viniera, haber puesto un cartel en la entrada —soltó Jungkook, pero sin perder el humor.

Sana miraba curiosa la escena. ¿De verdad se iban a repetir aquellas situaciones, cada vez que ser vieran Jungkook, y algún amigo de Jimin? Hacía apenas unos minutos acababa de ver esa misma escena con Jihyo.

enemies to lovers III [Jm + Jk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora