Ese día Levi había despertado con los rayos del sol que iban directamente a su hermoso rostro durmiente. Eren ya había corrido las cortinas y el sol se dejaba ver en todo su esplendor por la ventana. Al parecer ya era bastante tarde, pero no importaba porque su turno en el hospital iniciaba en la tarde.
—Buenos días, cariño —Eren sonrió al verlo bostezar y tallarse los ojos aún con sueño—. ¿Cómo dormiste? ¿Te encuentras mejor? —pregunta preocupado.
Levi sonrió aún somnoliento y sin abrir los ojos le contestó:
—Dormí como un bebé. Afortunadamente ya no tengo malestar... —comenta—. Amanecí bien, estoy seguro que fue la cena la que me cayó mal.
Jaeger soltó un suspiro no muy convencido. En realidad, comenzaba a preocuparle mucho su salud. Levi estaba extraño desde hace una semana atrás, comía demasiado en las noches y siempre asaltaba el refrigerador en las madrugadas. Eren no se había dado cuenta de esto hasta que un día se levantó de madrugada por un vaso de agua, y lo vio sentado en el comedor con un bote de helado.
Creyó que sólo se debía a su increíble aumento de apetito y de peso, porque sí, lo veía más rellenito que antes. Pero no pensó que fuera algo serio hasta la noche pasada, donde ambos terminaron de cenar tranquilamente y a los cinco minutos el omega tuvo que correr al baño para vomitar toda la cena.
—Levi... Sé que eres doctor, pero por favor, no te descuides, ¿sí? Me dices que solo fue algo que te cayó pesado, pero la verdad es que... Tienes que admitirlo, estás comiendo más de la cuenta.
No lo estaba criticando, simplemente le estaba dando una curiosa observación que no podía pasarse por alto. Pero Levi se lo tomó a mal, ya que abrió sus ojos y lo miró seriamente.
—¿Me estás diciendo gordo?
—¿Qué? No, no dije eso, Levi. Es solo que estás comiendo mucho y quizá eso te está afectando... —Eren se refería a las repentinas náuseas que se presentaban, pero eso no había sonado como quería, y el mayor lo miró con los ojos llorosos.
—Me dijiste que no estaba gordo, que harías dieta conmigo... ¿Acaso ya no soy atractivo para ti? ¿Es porque estoy perdiendo mi cintura? ¿Es eso? ¿Ya te fijaste en otro omega? —inquiere al borde de las lágrimas.
Eren estaba sin palabras. Solo le había dado un simple comentario y ahora Levi estaba a punto de reventar en llanto. Algo que comenzaba a preocuparle ciertamente. El omega había estado muy sensible los últimos días. Se reía por todo, lloraba por cualquier cosa, y se enojaba hasta por recibir un piquete de mosquito. Todo eso lo descubrió ayer en la noche cuando vieron una película.
—Amor... Yo no dije eso.
—¡¿Ahora me estás diciendo mentiroso?! ¡Lo insinuaste! —limpia sus lágrimas y frunce el ceño, sintiéndose molesto.
Eso era como una montaña rusa de emociones, Levi se sentía muy sensible, en todos los sentidos. Podía estar llorando en unos segundos y luego riendo a carcajadas.
No le tomó tanto importancia porque creía que sólo se trataba de los síntomas del próximo celo, ya casi habían pasado tres meses desde la última vez que estuvo con Eren, y si su fecha no fallaba, su celo le llegaría en una semana, y con ello, algunos síntomas como irritabilidad.
—Cariño... Está bien, perdóname, no fue mi intención...
Eren solo se rindió. Había aprendido a lidiar con Levi y sabía que por más que lo intentara no ganaría una pelea, así que era mejor rendirse que discutir por media hora sin sentido. Le salía más rápido rendirse y pedirle perdón por... algo que no estaba seguro si había sido su culpa.
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Don't fall in love with Eren Jaeger - Ereri (Adaptación)
FanfictionDel odio al sexo solo hay un paso... ¿o cómo era? Levi Ackerman era uno de los mejores doctores del piso, arrogante, serio, y para su desgracia, omega. En un mundo donde había escasez de omegas, ser un omega era como una bendición del cielo. Pero no...