Stay by me

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—¿D-Dos cachorros? —preguntó anonadado, mirando con asombro el monitor que Rico le mostraba.

Y efectivamente, aunque fuesen dos manchitas creciendo en su vientre, eran las manchas más hermosas que Levi había visto en su vida. Apenas se estaban desarrollando, pero se podían ver claramente las cabecitas unidas y unas diminutas manos que apenas y se lograban distinguir.

Sin evitarlo, Levi se sentía tan conmocionando con la noticia y la vista de aquellas semillitas implantadas en su vientre que su rostro se llenó de lágrimas y comenzó a llorar en silencio. Después de mucho tiempo de sufrimiento y sueños lejanos de tener una familia, finalmente se le estaban cumpliendo. Su propia familia...

—No, amor, no llores. Todo está bien —a Eren se le partió el corazón al ver a su omega así de afligido y pronto lo abrazó, acariciando su espalda amorosamente—. ¿No te parecen preciosos? Seremos padres de dos hermosos cachorritos —susurró con dulzura.

Levi asintió y se abrazó a su cuello, sollozando y escondiéndose en aquel lugar seguro que lo tranquilizaba. El aroma de su alfa lo tranquilizaba tanto que no quería salir de sus brazos.

Rico veía la escena con dulzura, mientras apuntaba algunas notas en el expediente.

—Su reacción es normal. Sus hormonas están muy alborotadas, y es la primera vez que ve a sus cachorros. Aunque todavía están muy pequeños para saber el sexo. Probablemente en un mes más podrán saber su género —Rico le explicó a Eren, quien sostenía a su omega junto a su pecho en una tierna posición de protección.

—Muchas gracias, doctora. ¿Hay algo que deba saber sobre su estado? Algo en especial sobre su comportamiento o como debo actuar en situaciones específicas.

Rico lo miró pensativa, tratando de recordar algo en específico. Pero no lo veía necesario. Levi a pesar de ser un médico general, y no de maternidad, seguía siendo un médico al fin de cuentas, y las etapas de embarazo eran más que estudiadas. El omega podría comentarle al alfa lo que debía hacer o no.

—No realmente. Levi sabe las indicaciones, aunque sí le abriré un expediente para llevar el progreso de su embarazo como cualquier paciente —explicó.

—Ya veo... doctora, ¿Qué tan importante es un lazo en el embarazo? —pregunta curioso.

Levi al escucharlo se enderezó de su lugar y lo miró con el ceño fruncido, adivinando los pensamientos de Eren.

—Eren, basta. Pensé que habíamos hablado de eso —comenta con seriedad.

—Lo siento cariño, pero necesito una respuesta de verdad. No me importa ni me afecta lo que haya dicho aquel alfa idiota. Sin embargo, es necesario saber sobre este comportamiento. Quiero hacer esto bien —le responde de igual manera, lo que hace al omega soltar un suspiro.

Rico los observa en silencio y se percata a que se refieren. Levi no tenía un lazo.

—Levi... me parece que esta información es necesaria de explicar. Tu alfa necesita saberla, con mucha más razón si aún no te marca.

Ackerman cerró los ojos con pesadez y solo asintió, no queriendo ver los ojos de Eren en ese momento.

Una de las razones por las que no quería contarle a Eren sobre la marca en el embarazo, es porque quería que pasara naturalmente y por su decisión, porque quisiera marcar a su omega y hacerlo suyo, no porque se sintiera presionado por el embarazo.

—Los omegas en estado de gestación necesitan una marca de su alfa por seguridad. Cuando los cachorros están más desarrollados en su vientre ellos pueden presentir la ausencia o estadía de su padre. Sin un lazo, los bebés podrían sentir la ausencia de su padre y no terminar de desarrollarse por falta de una figura de protección. Por el contrario del omega, estos al no sentirse protegidos por un alfa, comienzan a buscar feromonas fuertes que los ayuden a sobrepasar el sentimiento de abandono. Un omega en embarazo sin un lazo puede ser tanto peligroso como para los bebés, como para ellos —explica Rico seriamente.

Don't fall in love with Eren Jaeger - Ereri (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora