Ya habían pasado tres días después del parto, y desde entonces Levi había sido hospitalizado para una mejor vigilancia sobre su estado. No estaba en un estado crítico, pero aún necesitaba recuperar fuerzas, y alimentarse muy bien para que sus cachorros se desarrollaran grandes y fuertes. Varias de las enfermeras lo tenían muy consentido, le traían purés, ensaladas, y hasta pastas. Aunque claro, todo bajo en grasa y calorías para evitar una mala alimentación durante la lactancia.
En realidad, solo era necesario quedarse dos días cuanto mucho, pero las enfermeras le insistieron a Rico que lo dejara un día más para mimar a sus hermosos cachorros, y tenerlo un poco más en el hospital. Sabían que pasarían meses antes de que Levi pudiese volver al hospital y tomar su cargo como doctor. Aunque aún pudiera volver para pediatría.
—Ya sabes, Levi... no olvides tus tres comidas al día, descansar como se debe, y dormir al menos de seis a ocho horas —enumeró una enfermera, entregándole una hoja—. Sé que eres doctor, pero por favor cuídate mucho. Esto no solo lo digo como enfermera, sino como compañera y amiga.
El azabache le dedicó una sonrisa llena de dulzura y asintió.
—Petra... me hablas como si fuese un paciente —ríe—. Agradezco tu preocupación, no tienes que desconfiar.
—Eres un paciente, y eres omega primerizo, así que con mucha más razón— responde, compartiendo la risa—. No te olvides de nosotras... —la chica da un tierno puchero que lo hace reír.
Eren que se encontraba observando la breve conversación y esperando que Levi terminara de guardar sus cosas, se acerca y pone una mano en su cintura.
—¿Entonces todo listo? —le pregunta suavemente, sosteniendo un bolso maternal donde llevaban lo necesario para sus bebés.
Pañales, toallitas, e incluso biberones. La mayoría de cosas fueron compradas por ambos desde mucho antes, aunque también otras que sus conocidos le habían regalado. No es como si lo necesitasen después de todo, Eren seguía siendo un teniente, y Levi un doctor, ambos sueldos podían cubrir las necesidades de los cachorros, y hasta más.
—Todo listo —sonríe, acercándose para plantarle un dulce beso en sus labios—. Podemos irnos a casa, no sin antes pasar por nuestros bebés.
"Nuestros bebés."
Eren no evitó en sonreír con dulzura y depositarle un beso rápido que fue correspondido.
Luego de ese pequeño momento, ambos dejaron la habitación para encaminarse a la sala neonatal donde estaban los bebés. Al llegar, miraron por la ventana todas esas cunas con los recién nacidos y el corazón de Levi se apachurró cuando se percató que sus cachorros estaban juntos en una misma cuna. Se dio cuenta que eran los suyos porque eran los únicos gemelos en la sala, además de tener sus apellidos a un lado de la cuna.
Jaeger Ackerman.
Los cachorros dormían plácidamente en su cuna con sus respectivas mantas, ya no se veían rosaditos como el primer día, ahora habían agarrado un color más pálido y el cabello negro comenzaba a tornarse más claro, casi volviéndose castaño.
—Salieron a ti —menciona Levi con una sonrisa, recostándose en el hombro de Eren por segundos. El castaño acaricia su cabello suavemente—. Nueve meses dentro de mí para hacerte dos clones al final —reprocha, haciéndolo reír a carcajadas.
—Entonces tienes que admitir que nuestros hijos serán muy guapos y populares —comenta aun riendo.
Levi rodó los ojos divertido.
—Andando, Mr. Ego.
Las enfermeras al verlos entrar a la sala, los saludaron y pronto se encargaron de entregarles el papeleo que debían firmar, más el chequeo médico que tenían que revisar con anticipación para que les dieran la salida a los tres. Levi al ser doctor conocía perfectamente las cláusulas, así que no duró mucho llenando todos los papeles porque se lo sabía de memoria.
ESTÁS LEYENDO
Don't fall in love with Eren Jaeger - Ereri (Adaptación)
FanfikceDel odio al sexo solo hay un paso... ¿o cómo era? Levi Ackerman era uno de los mejores doctores del piso, arrogante, serio, y para su desgracia, omega. En un mundo donde había escasez de omegas, ser un omega era como una bendición del cielo. Pero no...