En esta otra vida... Te encontré. [RyanxTom]

Duodecim

"El amor es la fuerza más poderosa del universo y puede superar cualquier obstáculos." - Aristóteles.

POV RYAN:

Desperté con un dolor de cabeza que parecía querer explotar. Mi boca estaba seca y mi estómago revuelto. Me senté en la cama y miré alrededor, intentando recordar qué había pasado la noche anterior. La sala estaba en desorden, con botellas de whisky vacías y ropa tirada por todas partes.

- Pero ¿qué pasó? - trataba de recordar algo de ayer, porque ayer que ví el mensaje justo cuando estaba conciliando el sueño, el recibir ese mensaje me rompió el corazón, se veía muy feliz Tom.

¿Realmente ya no le gusto? ¿Sólo era una atracción más en su juego de sentimientos que sólo me utilizaba para explorar?

De repente, escuché un golpe en la puerta. Me levanté aún algo mareado por la resaca de ayer y abrí, encontrándome con Mark, mi mánager.

- Buenos días, Ryan. ¿Cómo te sientes? - preguntó, mirándome con preocupación.

- Mal - respondí, frotándome los ojos.

- Te he traído café - dijo, entregándome una taza.

Me senté en la cama y tomé un sorbo, intentando despejarme.

- ¿Qué pasó ayer?

- Te emborrachaste por lo que supongo que fue después de haberme mandado el último mensaje coherente. Ya después de un rato me volviste a mandar mensajes llorando, enojado, feliz. Bipolar te hizo el alcohol.

- Que vergüenza. - me puso rojo de las orejas por el sentimiento de la vergüenza. - ¿Qué pasa? - pregunté ahora directamente porque mi mánager jamás vendría a verme, sólo me hubiera mandado las pastillas con alguien más.

Mientras le daba un sorbo a mi café.

- He encontrado a Tom - dijo Mark, sonriendo.

Mi corazón saltó y escupí el café porque fue una sorpresa de las alegres. - ¿Dónde está?

- En París. Y también he rastreado al desconocido que estaba con él - agregó.

Me sentí emocionado y ansioso. - ¿Quién es?

- Se llama Matthieu. Parece ser un artista local.

Me levanté y comencé a caminar por la habitación, pensando en lo que significaba esto.

- Ryan, también hay algo más - dijo Mark.

- ¿Qué?

- Sobre el número, no pude rastrearlo ya que era un número desechable. Se escondió muy bien.

Observe mi celular en la mesita y tome con cuidado para ver los mensajes que le había enviado a Mark, a ver si no dije nada estúpido. Pero mi corazón dio un vuelvo al ver en primera plana el chat hacia Tom. Entre en el chat, me sorprendí con la cantidad de mensajes que le había enviado.