trece.

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Las románticas decían que todo se basaba en un amor que quemaba y consumía, las románticas decían que en efecto, sin amor no éramos nada, y sus historias tan trágicas en donde el personaje se basaba en amar hasta morir, era algo que en el siglo XI...

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Las románticas decían que todo se basaba en un amor que quemaba y consumía, las románticas decían que en efecto, sin amor no éramos nada, y sus historias tan trágicas en donde el personaje se basaba en amar hasta morir, era algo que en el siglo XIX era considerado como magnífico, amar, dejar todo atrás por esa amor revolucionario, en donde las grandes obras de esos tiempos combinaban las guerras y conflictos sociales que representaba cada personaje, con el toque de romance flamante y consumidor. Resulta que en efecto, las románticas no solo son romance, sino también libertad y guerra, revolución.

Pero en el siglo XXI, es bien sabido que esa definición de romance clásico ya no es de nuestro interés. Dejamos de ser tan intensas, dejamos de prestar tanta atención al amor. Si somos sinceras, ahora la mayor muestra de amor a nuestros seres amados (románticamente) es dejar que sean felices. A lo que me refiero con esto es que si sus sueños no están contigo, entonces les dejas ir; si la persona tiene algo que cumplir y no te incluye en la ecuación, lo más sensato es dejarle ser, ¿no? Y es correcto, completamente válido, es el sueño ideal; no podemos retener a nadie a seguir ahí sin cumplir lo que desea hacer, porque nosotras deseamos lo mismo, ¿no?

Pero si somos egoístas, cuando estamos en la burbuja de un amor que late fuerte, en un corazón que se siente nuevo a cada instante, dejar ir es lo que menos queremos, ¿no? ¿Qué hay de lo que sentimos al dejar ir? ¿Qué hay de una misma al tomar esa decisión que nos hiere? ¿Qué hay de nosotras al dejar ir lo que queremos?

A lo que voy es muy simple, y nada complicado de entender: a lo que voy es que Jimin no sabía que Minjeong contaba con una vida, una vida para nada sencilla, una vida explosiva, atareada, llena de subidas y bajadas, una vida que invertía todo el tiempo de Minjeong.

Minjeong no era una simple mujer que se coló a una boda; Minjeong era una famosa cantante y bailarina, que contaba con una vida reglamentaria, en otro país. No solo eso, sino también en otro continente, siendo eso toda una locura, porque era una completa locura. Digo, una famosa se coló a una fiesta y terminó enamorándose. Sí claro, eso no solía pasar, pero pasó, pasó realmente. Jimin y Minjeong eran testigos fidedignos de que sucedía, de que el destino era un caprichoso que ponía a las personas en tu vida de una manera espontánea, algunas personas esporádicas, y ninguna de las dos quería que eso fuera el caso; ninguna de las dos deseaba que fueran personas esporádicas. Lo que pasa cuando conoces a una persona que sientes especial.

Jimin era ignorante de que a la chica que veía en ese momento, a la chica a la que se dirigía en ese momento como una metáfora de este destino que no todo el tiempo es cruel, a la chica que veía sentada en una mesa dentro de esa fiesta que trajo tantos sentimientos, la chica que estaba haciendo un piquito de pato mientras veía a la pista de baile aburrida, esa misma chica era una Idol, y no una cualquiera, por supuesto que no.

Lo que pasaba es que Jimin era ignorante de que la chica que había exaltado su corazón era la misma que salía en revistas de moda, la misma que tenía a todo un público esperando por ella afuera del mismo hotel, gente de la que Jimin no se había dado cuenta, pues en el trayecto de ida a la recepción, estaba tan sumergida en sus pensamientos que no notó a cientos de personas fuera de la cara principal del hotel. Quien fue en ese momento ya no era ahora; cuando Jimin entró al hotel en el carro de un primo de Jaeyun, no era la persona que es ahora, esa quien fue hace unas horas se sentía rota, incompleto, la Jimin de ahora no era ni una parte de lo que fue, pues la Jimin de ese momento no conocía a Kim Minjeong.

encantada ♡ winrina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora