dieciséis.

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Por otro lado, en el último piso del hotel, en la recámara más lujosa y cómoda, Minjeong había llegado corriendo con Yuna tras de ella para que no se escapara de nuevo, era como su custodio y Minjeong una carcelera más, sí, digamos que Minjeong er...

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Por otro lado, en el último piso del hotel, en la recámara más lujosa y cómoda, Minjeong había llegado corriendo con Yuna tras de ella para que no se escapara de nuevo, era como su custodio y Minjeong una carcelera más, sí, digamos que Minjeong era demasiado dramática.

Yuna la llevaba como una niña regañada, impidiendo que la chica le pusiera un justificante o que volviera a escaparse. Todo el caos que había a sus espaldas era difícil de callar, y sabía que ese tipo de problemas traía consecuencias. Esperaba que ninguna foto de Minjeong circulara por ahí, ya que sabía que ella no se metía en problemas. Esperaba que esta vez no fuera diferente.

No podía creer que Minjeong se metiera en tremendo lío, era la más calmada de las tres. Lo esperaría de Aeri, incluso de su propia novia, ya que siempre seguía a la más alta. Juntas habían hecho muchas travesuras de las cuales Yuna tenía que salvarles el trasero. Y no se quejaba mucho realmente; le gustaban las aventuras en las que las dos extranjeras se veían involucradas. Pero no Minjeong, Minjeong jamás se metía en algún alboroto. Minjeong era tranquila, le gustaba su privacidad y, sobre todo, disfrutaba mucho de su tiempo sin una cámara encima.

Aparte de que era muy cuidadosa con lo que hacía, quienquiera que informó que Minjeong estaba en la fiesta lo hizo con toda intención de molestar. No entendía cómo era posible que aquella persona que publicó eso en Twitter disfrutara de publicar el paradero de Minjeong. Si era una invitada de la fiesta, no le convenía, pues sabía que sin dudas la fiesta se arruinaría con la llegada de las fans. Sabía que no lo publicó por fama, pues es bien sabido que el lado de fans no acosador haría pedazos la cuenta de la persona. Tampoco lo hizo para tener beneficio monetario, ya que no se ganaba nada con eso, y menos si no hubo un chisme de por medio.

Del por qué atacaron a Minjeong no se sabía, y eso la tenía muy desconcertada.

— ¡Yuuuuuuuna! — se quejó Minjeong lo que llevaban de camino, ya casi llegaban a la puerta de su habitación y Yuna iba cuidando de que nadie les siguiera. — ¿Me vas a seguir ignorando?

Yuna volvió a no hablar, aunque esta vez sí prestó atención a las palabras de la mayor. Cuando llegaron a su puerta, Yuna abrió de inmediato y dejó pasar a Minjeong, para después adentrarse ella misma.

En la habitación, Aeri y Yizhuo estaban preocupadas, sentadas en una de las camas, mordiéndose las uñas. Parecían dos gemelas por los movimientos tan sincronizados, casi como los gatos siameses de la película de "La dama y el vagabundo", aunque ellas no eran malvadas. Estaban viendo hacia la puerta, y en cuanto las vieron entrar, se abalanzaron sobre ellas.

— ¡Joder, sí rescataste a Minjeong! — saltó Aeri a inspeccionar si Minjeong estaba en buen estado. Le revisó por completo: el cuerpo, la cara, el pelo, todo, y no le encontró ningún rasguño que fuera alarmante, nada que marcara su tersa piel. Solo le encontró pedazos de pastel en un lado de la camisa negra y los labios un poco más hinchados. Mmm, sospechoso, muy sospechoso. Claramente vio eso, pero no mencionó nada a nadie. Solo entrecerró los ojos y dijo para sí misma que Minjeong tenía mucha mala suerte.

encantada ♡ winrina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora