cuatro.

552 71 7
                                    

— Una margarita para ti, tal como me la pediste — le extendió la bebida que la mesera les acababa de poner en la mesa, era la segunda vez que la mesera iba a esa mesa — y ron para mí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Una margarita para ti, tal como me la pediste — le extendió la bebida que la mesera les acababa de poner en la mesa, era la segunda vez que la mesera iba a esa mesa — y ron para mí.

— Qué fino, mi señora. — se burló de ella, Jimin no acostumbraba las bebidas fuertes, prefería los cócteles, lo dulce, la explosión de sabores distintos en su boca.

— Uy, eso de 'mi señora', suena tan tentador. — le dijo con picardía, y Jimin se carcajeó por el comentario.

— Tentador suena esa canción, joder que buena canción. — realmente no conocía esa canción, pero la mirada de Minjeong la puso tan nerviosa, no era muy buena en eso de coquetear verdaderamente, no cuando alguien le llamaba la atención de verdad.

Aunque si preguntaban, Jimin parecía una maestra en seducción, Yunjin, su amiga y compañera de trabajo, siempre decía que era hermosa y siempre bromeaba con ella; le mandaba besos al aire, le abrazaba, le picaban las mejillas, hacía comentarios pícaros, oh le coqueteaba, sí, pero solo en juego, Yunjin estaba bien con eso, ya estaba acostumbrada a la personalidad de Yoo.

— ¿Ya me aceptarás un baile? — preguntó Kim convencida de que ya era momento de bailar y mostrar sin duda que su especialidad era el baile.

— Aún no. — tomó de su vaso para ahogar una risa, al ver la expresión de Kim, quién casi le hacía un berrinche.

— Bien — bufó con gracia la menor — vamos a criticar el pastel, entonces.

Yoo volvió a carcajearse, demostrando que estaba bien, por lo menos su rato de crisis ya había pasado. Y el alcohol en su sistema estaba haciendo efecto.

— ¡Uhm!, todo un crítica, me gustas. — confesó con todo el propósito de que sus palabras llegaran a hacer ése efecto en ella y claro que lo consiguió, Minjeong alzó la ceja y dio un trago a su ron sin despegar la mirada de Jimin, por dentro estaba nerviosa — Digo, me gusta.

— Te gustó yo, admítelo. — Jimin mordió su labio inferior y asintió como si le diera igual la situación, como si su corazón no latiera rápido y sin un ritmo en particular.

— Puf, no, no eres tan guapa. — lo era, claro que Kim Minjeong era malditamente guapa, y nadie, nadie diría lo contrario.

— Tú y yo sabemos que lo soy. — Jimin asintió, sin ninguna sátira de por medio.

— ¡Nah!, nuestro gallo Bartolito es más guapo que tú. — la palabra 'nuestro' retumbó en su mente mucho tiempo. No debió decirlo.

— Bonito suena ese 'nuestro', a ver ahora solo con 'hijos' al final. — fue inevitable no pensar en niños revoltosos, corriendo. No. No. Jimin no debía confesarlo y nunca lo haría, pero si se lo imaginó. Se daría un golpe después, cuando la vergüenza le llegará.

— Ya nos planeaste una vida, Minjeong. — eso realmente le hacía sentir un revoltijo en la panza, pero no fue por vómito, sino como si fuera una marcha de mariposas revoloteando y era raro, porque esas mariposas jamás se habían presenciado o bueno, ya no en mucho tiempo.

encantada ♡ winrina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora