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—Quiero apretarlas, morderlas, marcarlas y golp-

— ¡Tzuyu!

— ¿Ehn?¿Que pasó, Unnie?

Sana le miraba con una ceja alzada.

—¿Estás bien?

— Sí ¿Por qué?

Minatozaki se encogió de hombros.

— Estabas hablando sóla y mirando a la nada.

— Sólo imaginaba...

— ¿Qué cosa? — preguntó terminando de acomodar sus libros sobre la mesa y tomando asiento al lado de la azabache.

— No creo que quieras saber... — murmuró, tirando de su labio inferior.

— Si pregunté es por que quiero saber Tzuyu...— río obvia.

— Me vas a pegar...

— ¿Por qué haría eso?

— Si te lo digo lo harás...

— Por supuesto que no. Yo sólo te pe-

Tzuyu río, Sana había entendido la referencia.

— Oh.. no quiero saber entonces..

— Te lo dije..

— Idiota..

— También te quiero Minatozaki Sana.

Nalgofilia ; SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora