Nalgofilia ; Satzu

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— ¿Estás segura de esto Sha?

Minatozaki negó.

— Sólo lo hago por Tzuyu, pero no estoy segura — admitió soltando el aire despacio intentando calmarse.

Miro una vez más su atuendo frente al espejo.

Llevaba una blusa negra sencilla junto a una falda negra corta de olanes, dejando a la vista sus muslos gruesos y el inicio de su trasero, sus piernas estaban cubiertas por unas medias de red del mismo color que el resto de su atuendo, su cabello castaño estaba desordenado dándole un aspecto sensual y atrevido, las orejas de gato casi ocultas por el largo tamaño de este. Había algo de maquillaje sobre su rostro y en sus muñecas había un par de brazaletes, como cereza para el pastel en su cuello reposaba un lindo collar rosa con la frase 'Gatita de Chou' escritas en él, cortesía de la dueña del apellido.

Tzuyu había intentado por todos los
medios posibles tener una relación más que amigas con Minatozaki. Después de que la mayor le dijera:— Te dejaria tocar mi trasero si fueras mi novia.

Desde ese momento Tzuyu había comenzado a invitarla a citas -las cuales no eran nada fuera de lo común ya que siendo amigas salían mucho juntas- pero Chou se había encargado de que el significado de cita siempre estuviera presente. Los regalos, cartas, mensajes y llamadas por la madrugada si marcaron una diferencia en su rutina.

Tzuyu le había pedido hace una semana el ser pareja oficialmente, a lo que Sana se negó, alegando que para la menor sólo era un capricho y nada más. La azabache había hecho frente a Sana lo que jamás había visto de ella, llorar.

Chou Tzuyu había llorado, por su causa, ella en verdad había pensado que la morena le veía como un juego y ya, tenía miedo de salir lastimada que no se dio cuenta de que estaba lastimando a la menor con sus inseguridades, por que si bien Tzuyu al principio había mostrado solo interés en su trasero, o eso es lo que Sana pensaba, con el paso del tiempo eso pasó a segundo plano.

Había pasado, Tzuyu se había enamorado por primera vez, y también le habían roto el corazón y le dolía ser la causante de eso.

Por que ella también estaba enamorada, pero desde mucho antes que Tzuyu sacará a relucir que padecía, nalgofilia.

Y ahora le tocaba remediarlo. Sería el mejor regalo de cumpleaños que Tzuyu hubiera pensado en recibir hoy.

— Yo puedo... — se animo a si misma — Mierda Nayeon agarrame que me desmayó, Joder...

— Ay Sanita...