El ruido de tus gemidos y de sus pieles chocando resonaban constantemente en todo el departamento, Toji era muy brusco a la hora del sexo lo que lo hacía más placentero.Mientras el te penetraba duramente el disfrutaba de tus muecas de placer, esto lo animaba a follarte más rápido y más duro, aumentando la velocidad de sus embestidas.
-¿Te gusta cuando te follo así?-
Pregunto, alzando más tus piernas hacia arriba para más acceso dentro de ti mientras el tenía una sonrisa burlona en sus labios.Toji sonrió sádicamente mientras continuaba embistiendo tu apretado coño, sus cuerpos chocando entre sí con palmadas lascivas que resonaban por todo el apartamento.
Levantó tus piernas más arriba, apoyándose más profundamente en ti.
-¿Es esto lo que quieres, maldita zorra? ¿Te gusta que te usen así? ¿Que te follen tan duro y sucio?- Toji se burló, sus ojos brillando con dominio mientras tocaba fondo con cada embestida.
Agarró tus caderas con fuerza, sin darte cuartel.
Una mano soltó tu pierna para palmear con rudeza tus senos, pellizcando y retorciendo tus sensibles pezones mientras continuaba con su ritmo brutal.
Toji estaba decidido a romperte con su implacable follada, a moldearte en el juguete sumiso y ebrio de placer que deseaba.
Los golpes incesantes de Toji hicieron que el cuerpo tu se balanceara y temblara de placer.
Sus dedos se clavaron en la suave y flexible carne de tus pechos, pellizcando y retorciendo los rígidos picos hasta que te retorció debajo de él.
-¡Tómalo, puta sucia! ¡Fuiste hecha para esto, para ser usada y profanada por un hombre de verdad como yo!- Él gruñó, sus caderas chocando contrati con furia animal.
Toji se inclinó, su aliento caliente rozando tu oreja mientras susurraba oscuramente.
-No eres más que un vertedero de semen, un agujero sucio para que lo llene una y otra vez. Te encanta, ¿no? ¿Te encanta ser mi juguete sexual personal?- Sus dedos se deslizaron por tus costados, luego se envolvieron alrededor de tu garganta.
Toji apretó lo suficientemente fuerte para dejar en claro su punto, para recordarte tú lugar.
Quería dominar cada centímetro de ti, reclamarte por completo.
-Ahora córrete para mí, patética zorra. ¡Muéstrame cuánto te encanta que tu amo te use!- Ordenó, su polla palpitando dentro de ti, desesperado por liberar su carga.
Tu cuerpo se estremeció violentamente, abrumada por el intenso placer que te recorría.
No tuviste más remedio que someterte a las brutales demandas de Toji, apretando tu coño alrededor de su pene invasor como un torno.
-¡Oh, joder, sí! ¡Me voy a venir, amo- Gemiste, tu voz ahogada por el placer y la sumisión.
El agarre de Toji en tu garganta se apretó un poco más cuando sintió que tu orgasmo te desgarraba, tus paredes internas revoloteaban y ondulaban alrededor de su eje.
Se deleitó con tu completa rendición, tus súplicas y gemidos desesperados eran música para sus oídos.
-¡Eso es, sucia zorra de semen! ¡Dame todo! ¡Llénate de mi semilla!- Toji rugió, su propio clímax llegó a tu clímax mientras se adentraba en tus profundidades espasmódicas con salvaje abandono.
Con un gemido gutural, Toji se enterró profundamente y desató su carga, bombeando gruesas cuerdas de semen caliente en lo profundo de tu coño. Cabalgó las olas de su orgasmo, toji se aferró profundamente a tu coño gastado, su polla palpitaba y pulsaba mientras las últimas oleadas de su orgasmo lo recorrían.