Falsa sonrisa

19 9 0
                                    

"Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es un océano."
~Isaac Newton


«Detente, por favor. Tú no eres como ellos. Detente, esto no está bien; ella no te lo va a perdonar.»

°°°

—Saja, ¿de verdad crees que serán capaces de encontrar y matar a Sangyong?

—No lo sé, Junho. Me pidieron dos días para pensarlo.

—¿Crees que les importa tanto la vida como para matar a alguien?

—No lo sé, Junho. Solo quiero que esta mierda acabe. Con ellos o sin ellos, Sangyong tiene que morir...

Hyun-Woo

—Oigan, ¿no creen que ya la hemos hecho esperar bastante? Ya digamos que sí, igual vamos a aceptar. Ninguno tolera el olor a azufre de este sitio.

Dos días ya habían pasado desde que Saja nos hizo la propuesta. Creo que fui el único que se sorprendió con el hecho de que tendríamos que matar a alguien; los chicos lo tomaron como si estuvieran acostumbrados. Estos días, lo único que hacen es quejarse: Wook del calor y el olor, Min-Jun no ha parado de maldecir a nuestro padre. Esto aquí abajo es peor de lo que cualquier mortal puede llegar a imaginar, y eso que solo estamos en el medio de los dos mundos, como ellos les dicen.

—Vaya, vaya, pero miren a quienes tenemos aquí, si son nada más y nada menos que los Kim.

—¿Y tú quién eres?

—Soy lo que más anhelas, Wook, y la desgracia de todos los humanos. Mucho gusto, para mí es un placer presentarme. Nací, crecí y vivo con ustedes: soy Avaricia.

—Ah, ya, tú eres uno de los pecados capitales. Esa película ya me la vi hace rato.

—Pues sí, soy uno de los pecados, Min-Jun. Gracias por el protagonismo.

—De nada. ¿Qué quieres de nosotros? —Min-Jun sonaba algo fastidiado por la presencia de Avaricia.

—Solo venía a decirles que no molesten a Saja. No tienen idea de por qué está aquí. Yo solo se los advierto, ya cumplí y ya me fui.

—Oye...

Nuestra querida Avaricia desapareció como por arte de magia. ¿Qué habrá querido decir con lo de Saja? Justo en el momento en el que le iba a plantear la duda a mis hermanos, una fuerte brisa se hizo presente. Las montañas se abrieron y de ellas salió una chica de cabello largo y muy negro, que le tocaba la cintura. Su piel tostada era perfecta, tan perfecta como la primera vez que la vi. Llevaba un reloj de arena en la mano izquierda y sus ojos tenían una chispa que no podía descifrar. ¿Qué era eso en su mirada? ¿Desafío? ¿Sarcasmo?

—¿Que ya te sedujo? —la voz de Junho resonó en mi oído, y fue ahí cuando me di cuenta de que parecía imbécil mirándola como si fuera la obra de arte más preciosa que había visto en mi existencia. Y si así luce la mensajera de la muerte, que me lleve con ella.

Saja


Ya me había hartado de esperar. La paciencia no es algo que vaya conmigo. Junho me dijo que ya casi estaba con los chicos, así que agarré mi reloj de arena e hice mi entrada triunfal. ¿Quién diría que uno de los hermanitos se dejaría llevar por mis encantos? Ya cayó uno, faltan dos, fue lo que pasó por mi mente en ese momento.

—Hola, ¿me extrañaron? —pregunté.

—Obvio, princesa. ¿No ves que ya casi subía a buscarte?

—Creo que estar tanto tiempo aquí te está haciendo daño, Wook. Yo que tú me iría.

—Ve directo al grano y deja los rodeos.

—Como desee, señor Min-Jun. Me van a hacer un pequeño favor y volver a su vida normal y aburrida, o los mando al infierno de una vez y acabamos con esto.

—¿Qué pasa si no logramos encontrarla? —La voz de Min-Jun sonaba algo fastidiada.

—Primero, díganme si aceptan o no. Igual no tienen nada que perder. En los humanos, suele funcionar muy bien esa frase; los incita a cometer los pecados más atroces. Para mí es un simple juego, pero para ellos, lo es todo.

Los tres se miraron y fue Hyun quien respondió.

—Está bien, lo haremos.

Solo esas palabras eran lo suficientemente fuertes para devolverme la esperanza que había perdido hace tiempo.

—Ya que aceptaron, estas son las reglas: me deben, vamos a llamarlo un pequeño favor. Solo tendrán un año para resolverlo.

—¿Un año?

—Sí, Wook, un año.

—Eso es trampa.

—¿Y quién te dijo que ella es justa? Ni yo confío en ella, y llevo más de 200 años conociéndola. —le dijo Junho en un susurro a Wook, lástima que lo alcancé a oír.

—¿Qué es exactamente lo que vamos a hacer?

—Excelente pregunta, Min-Jun. Tienen que matar a Sangyong.

—¿Quién es ella? La mencionas, pero nunca dices quién es.

—Tienes razón, Hyun. Ella es un demonio que escapó hace ya tiempo. Solo se sabe que está en un pueblo en Seúl, pero esa información tiene un poco de tiempo ya. Les toca investigar.

—¿Qué pasa si no podemos hacerlo en un año? —preguntó Wook con una pizca de angustia.

No creo que sean tan inútiles. —respondí para mí.

Y sin decir nada, vi cómo los Kim caían de rodillas frente a mí. Solo me quedó seguir con mi camino, no sin antes darles una sonrisa de victoria.



¡Holaa mis amores! Ustedes, ¿qué me dicen? ¿Creen que Hyung ya está bajo los encantos de Saja o solo es un juego?

Los Hermanos  Kim: Almas en deudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora