El día avanzaba en el Cuartel General de las Emociones, y la atmósfera era densa, como si cada emoción estuviera atrapada en su propio ciclo de melancolía. Desagrado se encontraba en un rincón, observando a Temor y Ansiedad reír juntos, sus sonrisas resplandecían con una felicidad que ella no podía compartir. La risa de Temor sonaba como un eco distante, un recuerdo de lo que alguna vez había sido, y cada risa resonaba en su pecho como un martillo, haciéndola sentir más sola.-¿Te gustaría jugar a ser héroes y villanos? -preguntó Ansiedad, con un brillo en sus ojos que solo hacía que el nudo en el estómago de Desagrado se apretara aún más.
Temor asintió, su sonrisa iluminando su rostro.
-Eso suena genial -dijo, completamente ajeno a la tormenta que se desataba en el corazón de Desagrado.
Mientras Ansiedad se acercaba un poco más a Temor, tocándolo con suavidad, Desagrado sintió que su pecho se contraía. Era como una lavadora desgastando un corazón que intentaba permanecer entero. La cercanía de Ansiedad con Temor era un recordatorio constante de lo que ella no podía tener, de cómo su amor por él se había convertido en un ciclo interminable de anhelos no correspondidos.
Furia, en su entusiasmo por el juego, trató de levantar el ánimo del grupo.
-¡Necesitamos un poco de acción! -exclamó, pero su energía no lograba disimular la tristeza que se cernía en la habitación.
Desagrado miró a Furia, sintiendo que su propia tristeza se reflejaba en los ojos de Tristeza, quien observaba la escena con comprensión.
-¿Desagrado, te unes a nosotros? -preguntó Tristeza, su voz suave y empática. En ese momento, Desagrado deseó que pudiera absorber la felicidad de los demás, como si se tratara de un remedio para su angustia interna.
-Tal vez... -respondió, sabiendo que no podía escapar de la verdad. Cada vez que Temor reía con Ansiedad, su corazón giraba como una lavadora, atrapado en un ciclo de amor y pérdida que no podía romper.
Las emociones comenzaron a organizarse, pero Desagrado se sintió como un espectro, observando desde la distancia. Cada risa de Temor resonaba en su mente, atrapándola en una espiral de tristeza. El amor que una vez sintió por él se convertía en una cadena, arrastrándola hacia lo más profundo de su tristeza, mientras el ciclo de emociones continuaba girando a su alrededor.
Alegría, al notar la distancia emocional de Desagrado, intentó animar a todos.
-¡Vamos, todos, a jugar! -dijo con entusiasmo, pero para Desagrado, el juego era solo una fachada que ocultaba el dolor. La risa y la felicidad de los demás eran un contraste brutal con la melancolía que la envolvía.
Desagrado se dio cuenta de que su amor por Temor era como un corazón desgastado, que latía descontrolado, atrapado en un ciclo que nunca terminaría. Mientras las emociones se sumergían en el juego, ella se quedó atrás, atrapada en su propio mar de melancolía, como un corazón desgastado que giraba en la lavadora, sin encontrar un respiro.
La tristeza era su compañera constante, una sombra que nunca la abandonaba. Y así, mientras las emociones se reían y jugaban, Desagrado se dio cuenta de que el ciclo de su dolor era un eco de lo que nunca podría ser, un amor atrapado en un ciclo sin fin, girando, desgastándose, en la máquina de su corazón.
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¿Porque yo No?: La Historia de Temor Y Desagrado
RomancePor qué Yo No?: La Historia de Temor y Desagrado es una profunda exploración emocional que se desarrolla en el cuartel general de las emociones. Temor se encuentra atrapado en un triángulo amoroso: su amor por Ansiedad crece cada día, mientras su co...