Después de Aquella discusión, Desagrado se sentó en el frío suelo de su habitación, sintiéndose más pequeña que nunca en medio de un mar de recuerdos. Las lágrimas caían por su rostro, una tras otra, cada una arrastrando consigo un fragmento de su alma. Esa discusión con Temor había dejado una herida abierta, y cada momento de silencio que seguía solo profundizaba el dolor. Se sentía sola, atrapada en un laberinto de su propia creación, donde las paredes estaban cubiertas de remordimientos.
Mientras su corazón latía descontrolado, su mirada se posó en un rincón sombrío de la habitación. Allí, algo llamó su atención: una nota desgastada, olvidada en el suelo. Su mano temblorosa la recogió, y al abrirla, las palabras comenzaron a danzar frente a sus ojos, un eco de un pasado que parecía cada vez más inalcanzable. “Te amo, mi chica verde. Siempre lo hice.” Esas palabras, cargadas de amor y esperanza, la golpearon como un puñetazo en el estómago. La culpa se apoderó de ella, y un llanto silencioso emergió desde lo más profundo de su ser.
—¿Por qué no te escuché, Temor?
—¿Por qué?
Desagrado recordó la mirada de Temor, la intensidad en sus ojos cuando le había confesado su amor. Era un amor puro y sincero, pero ella lo había ignorado, había permitido que sus propios miedos y dudas crearan un abismo entre ellos. Cada vez que pensaba en su reacción, se sentía como si le hubiera arrancado el corazón. Temor había sido vulnerable con ella, y ella había cerrado la puerta. La imagen de su expresión herida al recibir su indiferencia se repetía en su mente como una pesadilla.
Con manos temblorosas, Desagrado encontró otra foto, una en la que todas las emociones posaban juntas, riendo y disfrutando de la compañía mutua. En esa imagen, Temor estaba mirándola con una intensidad que le rompía el corazón. Sus ojos reflejaban un amor tan profundo, un amor que ella había despreciado. Esa imagen le hizo desear volver a aquellos momentos felices, cuando sus risas resonaban en el aire y la conexión entre ellos parecía inquebrantable.
Desagrado sollozó, sintiendo que cada lágrima era un recordatorio del tiempo perdido.
—Si tan solo pudiera regresar a aquella noche, se repetía, deseando cambiar el rumbo de su vida.
Esa noche en la que todo era sencillo, donde la inocencia aún reinaba y el amor fluía libremente. Pero el tiempo no perdona, y la realidad le golpeaba con cada recuerdo. Temor había abierto su corazón, y ella lo había ignorado. Esa traición resonaba en su mente como un eco interminable.
La tristeza la envolvía mientras reflexionaba sobre lo que había perdido.
—Siempre te amé, murmuró entre sollozos, sintiendo que cada palabra era una lanza que atravesaba su pecho.
— Siempre lo supe, pero no supe cómo decirlo. El remordimiento era abrumador. Era como si el peso de todas sus decisiones la aplastara. La soledad era un monstruo que devoraba cada parte de ella, y la ausencia de Temor se sentía como una herida abierta.
Desagrado sintió que el dolor era demasiado, como si su corazón estuviera hecho añicos. Recordó su risa, su voz, esos momentos que ahora parecían un espejismo.
—¿Qué hice? ¿Cómo pude dejar que esto sucediera?
Se sentía atrapada en un ciclo de culpa y dolor, deseando con desesperación que pudiera volver a esos días, cuando la felicidad era tan palpable y el amor parecía eterno.
Mientras el llanto la consumía, Desagrado comprendió que no había regreso. El pasado se había esfumado como el humo, y lo único que quedaba era un presente desolado. La tristeza por la ausencia de Temor se convirtió en una sombra que nunca la abandonaría. Con cada lágrima, su corazón se rompía un poco más, y la idea de que había perdido a alguien que la amaba de verdad se convirtió en un eco ensordecedor.
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¿Porque yo No?: La Historia de Temor Y Desagrado
Roman d'amourPor qué Yo No?: La Historia de Temor y Desagrado es una profunda exploración emocional que se desarrolla en el cuartel general de las emociones. Temor se encuentra atrapado en un triángulo amoroso: su amor por Ansiedad crece cada día, mientras su co...