Desagrado se sentó en una esquina del Cuartel General, rodeada de risas y juegos que resonaban en el aire, pero su corazón pesaba como una piedra. A pesar de estar rodeada por sus amigos, se sentía completamente sola, como si estuviera atrapada en una burbuja de tristeza. Su mirada se centró en Temor, que se reía con Ansiedad; la forma en que sus ojos brillaban al interactuar con ella hacía que el dolor en su pecho se intensificara.
Mientras los demás compartían risas, Desagrado sintió que el tiempo se deteniase, y en su mente, surgieron visiones de un futuro que nunca podría tener. Imaginó a Temor y Ansiedad juntos, felices y llenos de amor. Los veía compartiendo momentos dulces, ayudar juntos a Riley y riendo mientras se abrazaban. En su mente, Temor se inclinaba hacia Ansiedad, susurrándole palabras cariñosas mientras ella sonreía de una manera que Desagrado había anhelado ver.
Pero esos pensamientos se transformaron en sombras del pasado. Recordó el momento en que Temor, con una mezcla de nerviosismo y sinceridad, le había declarado su amor antes, fue cuando Alegría y Tristeza No estaban En El Cuartel General. Estaban sentados juntos en el balcón del Cuartel General, las luces de la ciudad brillaban a lo lejos. Temor, con voz temblorosa, le había dicho:
-Desagrado, yo siempre te he amado....
Desagrado, sin pensar en las consecuencias de sus palabras, había respondido con desprecio:
-Ugh, lo sé... -y desvió la mirada, sin darle importancia a la sinceridad en su voz. Las palabras habían quedado flotando en el aire, y su desdén la había alejado de él en ese momento. No comprendía en ese momento la profundidad de sus sentimientos.
Su respuesta se sintió como un eco vacío, y cuando vio la expresión herida en el rostro de Temor, un profundo dolor se alojó en su corazón. Ahora, ese recuerdo la atormentaba, convirtiendo su alegría en tristeza.
A medida que los recuerdos del pasado se intensificaban, Desagrado sintió que el tiempo se congelaba de nuevo. La visión se tornó sombría, y se vio a sí misma de pie a un lado, invisible, observando la felicidad ajena. Era un recuerdo doloroso que la ahogaba, una sombra que se cernía sobre su corazón, vaciando todo sentido de pertenencia y amor que alguna vez había sentido. Se dio cuenta de que no había lugar para ella en esa felicidad, y un nudo se formó en su garganta.
Las risas se convirtieron en ecos lejanos mientras su corazón se rompía en mil pedazos. La tristeza la inundó como un torrente, y una lágrima resbaló por su mejilla. No podía soportar el dolor que la consumía, ni la tristeza de recordar lo que había sido: cuando Temor le confesó que la amaba, y ella lo despreció con su indiferencia.
Cuando levantó la vista, vio a Temor nuevamente, riendo y disfrutando de la compañía de Ansiedad. Ese mismo Temor que una vez le había abierto su corazón ahora estaba compartiendo risas con otra. La imagen le golpeó con fuerza, y un nudo se formó en su estómago. La soledad la abrazó, y su corazón, lleno de anhelos no correspondidos, parecía estar gritando en silencio.
Decidida a huir de esa dolorosa escena, Desagrado se levantó de su asiento. El aire fresco del exterior no pudo disipar la opresión en su pecho. Cuando salió al pequeño balcón del Cuartel General, el viento le golpeó la cara, pero no logró escapar de sus pensamientos. La tristeza la envolvía, y cada susurro del viento era un recordatorio de su soledad.
Las imágenes de Temor y Ansiedad juntos se repetían en su mente, y su pecho se sentía como si estuviera siendo aplastado. Se dio cuenta de que estaba atrapada en un ciclo de dolor, un amor no correspondido que la mantenía prisionera en su propia mente. Con cada risa compartida entre ellos, sentía que su corazón se rompía un poco más.
De repente, escuchó risas detrás de ella. Se volvió para ver a Furia acercándose, sonriente y despreocupada. La luz de la alegría de Furia solo hizo que el contraste con su propio dolor se sintiera más agudo. Desagradaba que su amiga no pudiera ver la tormenta emocional que la atormentaba.
-¡Hey, Desagrado! -saludó Furia, sin notar la tristeza en su voz
-¿Qué tal si te unes a nosotros? Estamos a punto de jugar a un juego.
Desagrado sonrió débilmente, aunque su voz traicionó su verdadero estado emocional.
-No, estoy bien. Solo... disfrutando del aire fresco.
Furia asintió, aunque su mirada seguía siendo preocupada. Desagrado sabía que su amiga podía sentir que algo no estaba bien, pero no podía compartir su dolor. No podía cargar a Furia con su tristeza, así que sonrió, intentando ocultar las lágrimas que seguían resbalando por su rostro.
Cuando Furia se alejó, Desagrado se quedó sola, sintiéndose cada vez más invisible. El silencio la envolvió, y mientras miraba hacia el horizonte, se sintió desgarrada. Las risas y la felicidad de los demás se sentían lejanas, como si estuviera observando desde un mundo distinto. La soledad la abrazó, y su corazón, lleno de anhelos no correspondidos, parecía estar gritando en silencio:
"¿Por qué no puedo ser suficiente?"
En ese momento, comprendió que el amor que sentía por Temor no solo era un doloroso recordatorio de lo que podría haber sido, sino también una herida abierta que nunca sanaría. Se dio cuenta de que todavía había espacio para la esperanza, pero cada día que pasaba parecía quitarle un poco más de eso.
Desagrado sintió que su corazón se rompía nuevamente, y aunque luchaba por mantener la compostura, las lágrimas finalmente comenzaron a caer, arrastrando consigo la pesada carga de su dolor.
Estaba atrapada en un ciclo interminable de tristeza, recordando lo que había perdido y lo que nunca podría tener. El aire fresco ya no era suficiente para aliviar su angustia, y mientras miraba hacia el horizonte, y su corazón gritaba en silencio...
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¿Porque yo No?: La Historia de Temor Y Desagrado
RomancePor qué Yo No?: La Historia de Temor y Desagrado es una profunda exploración emocional que se desarrolla en el cuartel general de las emociones. Temor se encuentra atrapado en un triángulo amoroso: su amor por Ansiedad crece cada día, mientras su co...