Mi nombre es Mahidevran soy la segunda mujer del príncipe suleyman aquella que fue apodada flor de primavera, soy aquella que tiene el favor de la Kadin Ayşe Hafsa y esta es mi segunda vida.
La tarde paso volando y con ello entro la noche decir que estaba nerviosa fue otra cosa pues el sultán me llamo y lastimosamente esta vez no pude negarme.
Había pasado mi noche con el después de casi 50 años de estar sin una pisca de afecto fui mimada como nunca por el hombre que una vez amé y para ser sincera hubiese deseado que jamás pasar la noche con él.
Mientras me obligaba a decir palabras de amor y recibir caricias que ya no deseaba me sentía asqueada.
-Cuanto extrañé pasar una noche contigo mi amada primavera -decía el hombre con cinismo me vi obligada a sonreír y fingir
-Lo mismo digo mi señor no sabe cuánto lo extrañé Allah mediante sigamos así-dije dando mi mejor sonrisa
-Eso desearía mi flor más esta será mi última noche hasta mi regreso-dijo
-¿A qué se refiere mi señor?
-Rosa mía, me iré a una campaña ¿mi madre no te lo ha notificado? -dice
-No mi señor, para nada y ¿cuánto tardara?
-No lo sé tal vez años o menos
-Rezare por su regreso mi señor Allah mediante regresara muy pronto y victorioso -dije sonriendo y de hecho esta vez sí sonreí sinceramente pues ya recodaba que su campaña tardo varios meses.
Después de eso no hubo mucha charla al siguiente día antes de que el sultán despertase me retire a los baños a limpiarme para después ir a mi habitación.
-Mmm Mi señora ya está de regreso pensé que se quedaría más tiempo-dice Gülşah adormilada pues ni había salido el sol
-Para nada Gülşah tú sabes que lo que menos deseo es estar con ese hombre por cierto ¿conseguiste él te?
-Si mi señora, ¿pero puedo saber para que lo usara? no creo que sea necesario dárselo a esa Hatun pues de eso según tengo entendido ya se encarga la Valide-dice para darme la bolsita
-No es para Hurrem Gülşah, es para mí-dije parar dirigirme a una tetera que había pedido y echar él te
-¿¿Eh?? Mi señora, pero evitara que usted tenga más hijos-dice casi a gritos lo cual hace que rápidamente me gire y le tape la boca.
-Calla mujer te oirán y despertaras a Mustafá-dije
-Pero mi señora acaso ¿usted no quiere más hijos?-dice casi a susurros
-Hay Gülşah no puedo creer que has estado conmigo por más de 4 años y no te hayas dado cuenta de la realidad-digo para revisar si él te ya estaba y empezar a tomarlo.
-La verdad no la entiendo mi señora ¿no sería mejor si tuviera más hijos? Mas varones así sería más fuerte -dice sacándome una pequeña risa
-Gülşah querida es cierto que el poder de una Kadin proviene de los hijos más sin embargo muchos hijos a veces no llegan a ser una bendición sino tu mismas destrucción-dije recordando como los hijos de Hurrem pararon matándose por el trono incluso siendo hijos de sangre nadie aseguraba que los hijos más adelante no codiciaran el trono.
-Además tu bien sabes que no amo a Suleyman y mucho menos quiero darle más hijos si tuve a Mustafá fue porque no tenía opción y aunque agradezco pues me dio a mi razón de existir no sería para tener más hijos.
-Pero mi señora y si esa hatun llegara a tener un hijo ¿no sería un peligro?
-Por supuesto que si Gülşah por eso necesito tener buenos aliados recuerda que solo llega a la sima el más inteligente por mi está bien que le den hijos, ella puede darle todos los hijos que deseé porque de mí no nacerá ni uno más Gülşah-dije dando el ultimo sorbo al te.
Ya lo tenía decidido de mí no nacería ningún hijo más, no estaba dispuesta a darle más hijos al hombre que se atrevió a quitarle la vida al único que le di.
Quedamos conversando un poco más hasta que mi Mustafá se despertó y empezamos a desayudar.
Desayunamos y nuestro día empezó por lo que me dijo Gülşah desde el día de ayer Hurrem Había sido confinada en la Habitación de las Favoritas y no podía salir su castigo era estar encerrada y no ver a sultán hasta que el la llamase lo cual me hizo reír pues si yo hubiese hecho tal escandalo sé que las cosas hubiesen sido peor.
Los días pasaron y gracias nuestros oídos en el palacio pude averiguar un poco sobre el nuevo postulante hacia gran visir y por supuesto también supe que eso a Ibrahim no le había caído bien, pues se sentía su disgusto tanto que ni siquiera se había reunido con Hatice pues eso de sus visitas a escondidas ya me las habían comentado.
Era divertido ver como un hombre calculador y sereno de repente se convertía en un ermitaño que no podía esconder su descontento.
El tiempo para mi paso veloz y tranquilo todo iría bien y hoy iría mejor pues el sultán partiría y nos había pidió reunirnos todos incluso Hurrem que por lo que veo fue perdonada.
-Madre mía te dejo a cargo de mi mujeres e hijo se con seguridad que mantendrás todo en orden mientras no estoy -dice besando su mano
-Por supuesto mi león mantendré todo en orden hasta tu victorioso regreso.
-Hermana mía cuídate mucho -dice para diríjase a Hatice y besar su frente para después dirigirse a mí.
-Mi flor y mi león -dice tomando a Mustafá en brazos y tomar mi rostro—cuídense mucho mi león se un valiente guerrero y cuida de tu madre
-Claro que si papi las protegeré-dijo con una gran sonrisa mi Mustafá siendo dejado en el suelo
-Mi señor vaya con cuidado cuídese mucho rezare para que su regreso sea inmediato-fue lo único que dije.
-Se que lo harás -dijo besando mi frente y mis manos lo cual hizo que todos los presenten nos volteen a ver.
-Mi señor-interrumpe Hurrem lo cual hace que el Sultán me suelte y se dirija hacia ella
-Hurrem no hagas escándalos, escucha a mi madre y por favor no te metas en problemas-dice para besarle la frente.
El sultán se retira junto con Ibrahim y su ejército y nosotras solo podemos verle parir.
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Y en mi corazón y mente solo había una frase "por favor no regreses pronto" mientras más lejos mejor.