CAPÍTULO 5: "¿Podemos irnos ya a casa?"

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Grace

Vuelvo a entrar a la casa, abrumada.

Las palabras de Alex me han dolido y necesito salir de allí cuanto antes.

Ni siquiera sé cómo hemos acabado diciéndonos todo eso. Le he dado incluso una torta. Ha sido un impulso, no quería pegarle, pero en realidad se lo merecía.

Tampoco entiendo lo último que ha dicho, ¿a qué se refería con que Matthew no es quien aparenta ser?

Su advertencia, siendo sincera, me ha puesto en alerta, aunque me convenzo de que no dice la verdad, ya que Matthew es un buen chico...o al menos eso quiero pensar.

Entre toda esa gente, no encuentro a ningún conocido. No sé si se habrán ido del salón. Tal vez han ido a por bebidas.

Voy hacia la cocina, pero tampoco están allí. Saco mi móvil del bolso y llamo a mi hermano, aunque sé que no lo va a coger por el ruido que hay. Vuelvo al salón a ver si no los había visto antes, pero no están.

Me empiezo a agobiar, así que salgo fuera. Me apoyo en una pared. Al recordar lo que ha sucedido hace apenas unos minutos, una lágrima empieza a rodar por mi mejilla.

Sus palabras. Mis palabras. La ira. La impotencia. Ni siquiera sé porqué he ido a hablar con él de la chica con la que se estaba besando. Él la había besado, y yo a Matthew, a pesar de que no quería.

Lo he hecho todo mal. Ahora solo confundiré a Matthew. Lo he besado sin sentirlo. Al pensar en todo esto, más lágrimas salen de mis ojos. Llevo mis manos a mis ojos, tapándome la cara por completo. Estoy temblando, así que me siento lentamente en el suelo.

Poco tiempo después, noto que alguien se me acerca. Me sobresalto, pero luego veo a mi hermano. Se da cuenta de que estoy llorando.

-¿Estás bien?- me pregunta mientras mira mi rostro.

-Sí- miento- Estoy cansada, ¿podemos irnos ya a casa?- le pregunto.

Mi hermano asiente con la cabeza.

Me levanto y comienzo a andar hacia donde mi hermano tiene su coche aparcado. Me monto en el asiento del copiloto y cierro los ojos.

En el trayecto a casa, no hablamos nada.

Cuando llegamos, me voy directamente a mi cuarto.

Luego de ponerme el pijama, mi hermano llama a la puerta. Le doy permiso de entrar, así que abre la puerta, pero no entra, se queda fuera.

-¿Seguro que estás bien?- me pregunta.

-Sí, sólo necesito estar sola- le digo. Danny asiente, y luego cierra de nuevo la puerta.

Me tumbo la cama e intento quedarme dormida, pero no puedo. Mi cabeza sigue pensando en Alex y en lo que ha pasado.

Definitivamente ha sido la peor fiesta a la que he ido en toda mi vida. No tengo ningún tipo de relación con Alex, pero igualmente me siento mal por lo que le he dicho, y sé que él me dijo algo a mi primero, pero eso no me da derecho a devolvérsela.

Pero bueno, el daño ya está hecho e igualmente no pienso disculparme. Eso solo hará que se vuelva más egocéntrico de lo que es, además, a él no le ha afectado nada de lo que le he dicho ni si le pido perdón. Él tampoco va a disculparse, porque le da absolutamente igual lo que yo siento.

Cuando me quiero dar cuenta, me he quedado dormida.

Por la mañana, me levanto a las diez y media. Me pongo una bata, ya que hace frío y bajo las escaleras.

Es domingo, así que mis padres no llegarán hasta mañana por la tarde. Cuando llego a la cocina, veo que Matthew está sentado en un taburete junto a la isla de mi cocina.

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