Hay un tipo de amor que te consume, que te envuelve como llamas abrasadoras, ardiendo en lo más profundo de tu ser. Un amor que trasciende lo racional, lo permitido, lo moral... Se infiltra no sólo en el corazón, sino que se entrelaza con el alma, fundiéndose hasta que ya no sabes dónde terminas tú y empieza ese sentimiento. Ese es el amor que Han Jisung sentía por Lee Minho.
El amor de Han hacia Minho no era común; era una devoción obsesiva, una intensidad que quemaba sin descanso. Aquello que alguna vez fue refugio, con los años se transformó en un huracán implacable de celos y miedo, donde las fronteras entre la pasión y el terror se desdibujaron por completo.
No era un amor sano, ni perfecto, ni mucho menos ideal. Pero seguía siendo amor. No el amor adornado de dulzura que todos imaginan, sino algo más profundo, más complejo. Un sentimiento lleno de matices, que siempre cargaba consigo una dosis de locura y obsesión.
¿Quién podría definirlo con exactitud? Sólo aquellos que lo habían vivido en carne propia, que lo habían sentido arder en sus venas, un amor tan fuerte, tan salvaje, que desbordaba los límites de cualquier definición. Un amor que, aunque no encajara en los moldes convencionales, seguía siendo auténtico.
Y una de las tantas pruebas, fue el tener que renunciar a él. Su codicia era excesiva, su pasión inquebrantable y su amor enfermizo, pero su deseo de que Minho fuera feliz fue más fuerte.
Y ahora sufría las consecuencias, la pena de cada año, cada vida que arrebató, cada crimen que cometió, pues su corazón agonizaba de dolor y su cuerpo era torturado a manos del líder que también llegó a ser víctima de la adictiva belleza de Lee Minho.
Ante la sensación de ahogamiento que le proporcionó Christopher al arrojarle agua con alcohol para despertarlo fue que Jisung reaccionó. ¿Cuándo se había dormido? ¿Realmente ahora estaba despierto? Su mente viajaba entre la consciencia y la inconsciencia, escuchando cada sonido demasiado lejano.
No percibía el dolor de cada herida sangrante, ni de cada moretón pintando su piel, sólo cansancio.
----¿Reconoces esto, Ji? ----cuestionó el líder moviendo el objeto varias veces frente al rostro del peliazul, buscando que enfocara en medio de su mirada perdida.
En cuanto Han logró identificar que se trataba de su peluche con forma de pulpo, aquel que alguna vez un Minho de siete años le regaló, perdió el control.
Intentó lanzarse a quitarle el peluche, lastimándose el cuello con las cadenas que lo mantenían atado a la pared hasta rasgarse la piel. Pero no dejó de insistir, ni siquiera hacía muecas, ya no percibía el dolor físico, alcanzar a su preciado muñeco era lo único importante.
Christopher, al ver la intensidad en los ojos de Han, comprendió que no podía seguir negándoselo. Muerto no le serviría de nada. Con un suspiro, finalmente le entregó el peluche, consciente de que lo que estaba entre sus manos no era solo un simple objeto, sino el corazón de un niño que aún latía por aquel primer amor.
Jisung abrazó el peluche de inmediato, aferrándose con lágrimas y temblores mientras se hacía bolita en una de las esquinas, hasta donde la cadena que lo ataba le permitía llegar.
Bang se acercó hasta ponerse de cuclillas delante de él, el menor rápidamente se afianzó más a su pulpo, con temor de que se lo quitara.
----Deja de hacer esto tan complicado para todos y responde de una vez, Hanji... ¿Dónde están Minho y Hyunjin?
Jisung negó con la cabeza como cada vez que se le había hecho esa pregunta, y de igual forma, Christopher perdió la paciencia y volvió a golpearlo.
----¡CHRISTOPHER, DETENTE! ¡BASTA, YA FUE DEMASIADO, DÉJALO! ----al no ser escuchado, Changbin terminó por acercarse al líder y entre forcejeos e insultos, alejarlo del maltratado cuerpo del más joven.
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𝖳𝗁𝖾 T𝗋𝗎𝖾 L𝗈𝗏𝖾 || 𝖧𝗒𝗎𝗇𝖧𝗈ᐃ𝖬𝗂𝗇𝖲𝗎𝗇𝗀
Fanfic"Corta mis venas y deja que mi sangre carmesí, brillante como mis emociones por ti, fluya libremente. Abre mi mente y contempla cómo cada uno de mis pensamientos se enreda en tu nombre. Clava un cuchillo en mi abdomen y observa cómo las mariposas, e...