Niños
Un Han Jisung de seis años se encontraba parado enfrente de un pelinegro de ojos redondos y dientes de conejito, sólo observándolo estando agachado y jugando con la tierra.
---- ¿Por qué no juegas conmigo? Podemos hacer pastelitos. ---- el dicho pelinegro le preguntó, levantando la cabeza para mirarlo a los ojos.
---- Si me ensucio de tierra mi mamá me va a regañar y papá me va a pegar.
El niño pelinegro de siete años de nombre Minho analizó la situación unos segundos, posterior a ello se quitó su chamarra y la arrojó al piso frente al castaño de ojos grandes.
---- Entonces sólo siéntate y quédate conmigo, tú serás el cliente.
Jisung sonrió feliz, acatando sus órdenes y haciéndole compañía a ese niño que por primera vez se había animado a salir a hablarle, luego de varias semanas de haber estado viéndolo jugar desde su ventana todas las tardes.
No tenía idea que ese sería el inicio de una bella amistad, que evolucionaría a su primer amor y a su vez a la persona más importante en el mundo para él.
Lee Minho era hijo de una familia numerosa y desgraciadamente de escasos recursos; él había tenido la "suerte" de ser el menor y por ello sus padres le dieron preferencia a que fuera el único de sus otros cinco hermanos en estudiar; lastimosamente esto también provocó que ninguno de los anteriores le tuviera gran aprecio.
No era un hijo abusado, aunque sí que tenía a su padre ausente éste nunca le había levantado la mano, sus hermanos siempre lo excluían, pero no le hacían maldades, y pese a que su madre rara vez lo regañara por alguna travesura común de niño pequeño, no le gritaba.
Por el contrario, Han Jisung poseía un buen apellido y posición económica, hijo único y por lo tanto manipulado desde su nacimiento para estudiar y ser tan buen abogado como su padre para seguir su legado.
Eran muy estrictos, sin embargo como nunca reclamaba nada y sacaba buenas notas, la mayoría del tiempo le compraban lo que pidiera. Aunque siendo honestos, luego de un tiempo perdió todo el interés en las cosas materiales, anhelando más un abrazo de cualquiera de ellos o que le leyeran un cuento antes de dormir como había visto en algunas películas.
Sólo dos veces había recibido algún golpe de su padre y gritos de su madre, como cuando sus calificaciones bajaron por no entender bien las matemáticas, o cuando le dio un billete grande a un hombre sin hogar.
Con esas únicas dos ocasiones le bastó para obedecer siempre, si su mamá le decía que no se ensuciara de tierra, ni siquiera saldría; si su padre le decía que debía casarse con una mujer máximo a los veinte y tener un hijo varón, lo haría.
Lo dejaban salir a jugar con Minho por las tardes, sólo porque Jisung no tenía ningún otro amigo y porque aunque el pelinegro no fuera de su agrado total, hablaría bien de ellos que conviviera con un niño de bajos recursos económicos como si fuesen iguales.
Con el tiempo formaron una tierna amistad. No fue difícil, pues Jisung amaba hablar y por fin tenía alguien con quién hacerlo, mientras que Minho amaba escuchar, principalmente si era al niño ardilla.
En un día bastante lluvioso se habían resguardado en la casita vacía del perro que tenía Jisung en su jardín, se preocuparía por sus padres pero afortunadamente estaban de viaje y si por él fuera, habría metido a Minho a su casa, sin embargo no quería correr riesgo con las cámaras de la entrada.
---- Sunggie.
El menor quitó su vista y atención de la lluvia para dirigirlas a Minho, sintiendo extrañamente su corazón palpitar en sus oídos al darse cuenta que le estaba obsequiando un peluche en forma de pulpo.
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𝖳𝗁𝖾 T𝗋𝗎𝖾 L𝗈𝗏𝖾 || 𝖧𝗒𝗎𝗇𝖧𝗈ᐃ𝖬𝗂𝗇𝖲𝗎𝗇𝗀
Fanfiction"Corta mis venas y deja que mi sangre carmesí, brillante como mis emociones por ti, fluya libremente. Abre mi mente y contempla cómo cada uno de mis pensamientos se enreda en tu nombre. Clava un cuchillo en mi abdomen y observa cómo las mariposas, e...