02 | 𝐋𝐢𝐥'𝐒𝐭𝐚𝐧𝐥𝐞𝐲

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A media noche se había ido a dormir luego de un largo día de trabajo y una buena cena, tranquila, cómoda, luego de haber estado un par de horas viendo programas de comedia de poca monta. Y en la madrugada se despertó sintiendo que no podía respirar.

Fue como si extrajeran todo el aire de sus pulmones de un solo golpe, le ataran una piedra al tobillo y la lanzaran al mar. Genieve se levantó con una presión molesta en el pecho y un ardor horrible en sus muñecas, sentía como si una cuchilla ardiente estuviese abriendo surcos en su piel.

Ella quiso encender la luz de noche junto a su cama, quería observar la piel en sus manos, pero no hizo falta cuando realizó que las grietas alrededor de sus muñecas crecían erraticamente a lo largo de su antebrazo. No era mucho, quizá un par de centímetros, pero brillaban como si auroras boreales hubiesen sido encerradas en sus bordes. Con los matices de un rayo de luz a través de un prisma, y las pequeñas estrellas visibles a través parecían cambiar de posición.

Tuvo en Genieve el mismo efecto que tiene una luz de emergencia o una alarma de incendio, y a pesar de que en aquella oscuridad podía resultar hasta hermoso, el dolor y el pánico impidieron que apreciase cualquier aspecto estético de la situación. Ella vió sus manos temblar, vio las grietas crecer poco a poco, milímetro a milímetro y el escozor en cada uno de sus nervios no cesaba.

"¿Qué... que es...?"

───me pregunto que alimaña multiuniversal se estará arrastrando hasta este pequeño pueblucho esta vez

Esa voz de nuevo... no había forma de que la olvidara.

Volteó asustada, mirando como sobre su escritorio parecía flotar aquel ente triangular de pesadillas. Se le veía distraido mirando sobre los documentos que se había traído a casa para revisar, y aunque ella sintió un escalofrío recorrer su espalda, una punzada de dolor le recordó su situación actual.

Ella masculló algo, probablemente un improperio para ser sinceros.

───¿a que te refieres? ───preguntó ella con la voz débil, lanzando una mirada filosa hacia él

───bueno, grietas se abren todo el tiempo en este pueblo, así es como lo extraño llega aquí ───Bill dejaría de lado un bolígrafo que parecía mirar con interés, para acercarse un poco más a ella─── ¡Ha! ¿Creíste que los gnomos habían sido una pesadilla? Que ingenua eres, niña

───n-no te...

───¡claro que no entiendes!

Fue como un trueno, un estruendo que resonó en cada pared, cimiento y ventana se aquella cabaña y terminó por hacer temblar cada uno de sus huesos. Bill se alzó ante ella, inmensamente grande y aterrador, inclusive diría molesto, pero ella no sabía descifrar a ese raro espíritu frente a ella y mucho menos quería. Estaba asustada.

Genieve sujetó sus manos contra su pecho mientras las sentía arder, su mandíbula se tensó, al igual que el resto de sus músculos sintiéndose incapaz de desviar la mirada del triángulo frente a ella que en unos segundos había vuelto a su tamaño usual.

───¡Claro que no vas a entender si tratas de huir de ello todo el tiempo, fingir que no existe! ¡Eso no lo hará menos real! ───exclamaba, yendo de un lado para otro como si fuese obvio, Genieve podía escuchar esa pizca de diversión que le causaba todo aquello─── este pueblo es raro, niña, tu eres rara ¡acéptalo y deja que te consuma!

Se arrastró encima del colchón hasta la esquina de su cama, sus ojos asustados parecían reflejar una cortina de pensamientos internos indecisos que no hacían más que abrumarla. Quiso cubrir sus oídos, y no escuchar las habladurías estrafalarias de un triángulo flotante que seguramente estaba alucinando, pero sus heridas dolieron con el movimiento ¿eran heridas? Quizás, no había sangre, pero dolía como si la hubiera y Genieve solo pudo acariciar con dedos temblorosos y surcados por líneas negras los bordes de las grietas.

𝐑𝐈𝐅𝐓𝐄𝐃 𝐀𝐖𝐀𝐘 ── 𝐆𝐫𝐚𝐯𝐢𝐭𝐲 𝐅𝐚𝐥𝐥𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora