Capítulo X: Soy papá.

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Haston;

<<<Soy papá>>>

Hace meses la idea de tener un hijo parecía algo lejana e incluso imposible. ¿Con quién iba a tener un hijo estando todavía de luto por la muerte de mi esposa? Porque sí, aunque ya habían pasado casi tres años desde la muerte de Natasha, todavía continuaba extrañándola, añorando su presencia y queriendo encontrarla en un lugar en el que jamás estuvo. Sin embargo, descubrir que no solo tengo un hijo, sino dos, es algo inefable.

—¿Qué pasó entre la sexy castaña y tú cuando fui al baño? —pregunta Heiner volviendo a mostrar ese aire despreocupado que no tenía cuando nos fuimos del departamento de Alexa. Dejo de ver un segundo a la carretera para verlo a él.

—En primer lugar, no es castaña sexy, es Alexa. Ten un poco de respeto por la madre de tus sobrinos. —respondo y él rueda los ojos. Como bien le dije a Alexa, ser la mamá de los mellizos es una razón suficiente para que yo esté a sus pies, entre otras cosas.

—Ya, perdón por ofender a la señora. —se burla de la corrección que acabo de hacerle. Me concentro en la carretera y decido responder lo que inicialmente había preguntado.

—La invité a salir sin los niños. —confieso y él me observa como si me hubiera salido otra cabeza. ¿Qué tiene de raro que la invitara a salir? Tenemos muchas cosas de las que hablar que los niños no pueden escuchar.

—¿Para hablar de los niños? —inquiere y meneo la cabeza.

—Sí, pero también quiero conocerla, es una mujer extremadamente bella e inteligente. —le hago saber a mi hermano lo que pienso de la castaña y él ríe con picardía, ruedo los ojos porque seguramente lo siguiente que saldrá de su boca va a ser una barbaridad.

—Hermano,—me coloca la mano en el hombro. —no me cabe duda de que haces niños hermosos y mis sobrinos son la prueba de ello, pero por favor, ponte el condón esta vez que puedo apostarte que la castaña sexy no quiere traer a más pelirrojos al mundo por un tiempo.

—Utilizamos condón, Heiner, seguramente alguno se rompió o yo que sé; pero tranquilo, no tengo pensado tener hijos pronto y menos de una forma tan irresponsable. —musito.

—A cinco millas de distancia se notan la ganas que tienen de tener una conversación de pocas palabras sin ropa. ¡Por Dios! Parece muda cuando estás cerca y cuando hablas me veo tentando a darle un babero por si las dudas. —se burla del actuar de Alexa con mi cercanía. Como bien le dije, sé que se pone nerviosa y que yo también lo hago, no es una mentira.

—No todo es sexo, Heiner. —mascullo al estacionar el auto, él bufa por lo bajo.

—La última vez que me dijiste eso terminaste en un nigth club y embarazaste a una mujer de mellizos, así que cállate que estoy muy joven para ser tío de otro par en tan poco tiempo. —continúa con las burlas. Introduzco las llaves en la puerta y maldigo por lo bajo cuando distingo nada más y nada menos que a Liliana sentada sobre mi sofá con una de mis camisas puestas.

—¡Yo no vi nada! —exclama Heiner para irse directo a su habitación. Después de que me mudé a Londres, decidimos que compraríamos un departamento para ambos y así, él podría vigilar de cerca mi recuperación, aunque después decidimos que se quedara hasta que alguno de los dos tuviera ganas de casarse, algo que no ocurrirá pronto.

—¡Al fin! —masculla apenas quedo en el campo de visión de sus ojos verdes. ¿Qué hace aquí? Y más importante que eso, ¿por qué lleva una de mis camisas puestas?

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⏰ Última actualización: Oct 13 ⏰

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