este ship contiene sanegiyuu, es el ship principal sexo duro(aveces) comedia entre cosas y si no te gusta el ship por favor no tirar hate y retirarse por favor, oviamente todos los derechos de los personajes y dibujos a sus respectivos autores y s...
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El beso era todo lo que Sanemi no había esperado. Era duro, desesperado, pero lo peor —o lo mejor, dependiendo de cómo lo viera— es que no podía detenerse. Tomioka no cedía ni un centímetro, y eso solo hacía que el caos en su interior creciera aún más. Las manos de Sanemi, que habían agarrado la ropa de Tomioka con fuerza, ahora temblaban ligeramente mientras lo empujaba hacia él y lo odiaba, lo odiaba por hacerle sentir tan... vulnerable.
Tomioka apenas separó los labios un segundo, respirando entrecortado, antes de que Sanemi lo jalara de nuevo, esta vez con más urgencia, más furia, como si pudiera ahogar el maldito cosquilleo que recorría su piel. Pero no era suficiente.
El aire a su alrededor se sentía demasiado caliente, el corazón de Sanemi latía con fuerza en sus oídos, y cuando sus labios se separaron de nuevo, Sanemi susurró, más para sí mismo que para Tomioka -mejor ni hubieras venido-.
-si no hubiera venido no hubieras estado en esta situación, que al parecer te esta gustando, ¿no?- dijo con una leve sonrisa picarona en su rostro, sanemi estaba completamente enrojecido por el beso y por su respuesta.
Sanemi apretó la mandíbula, su mente luchando entre lo que quería decir y lo que realmente sentía. No podía negar el calor que lo envolvía ni la manera en que su cuerpo reaccionaba, pero no pensaba darle el gusto a Tomioka de admitirlo.
-No digas estupideces... -respondió, intentando sonar firme, aunque su voz traicionaba el caos que lo consumía por dentro. Tomioka, sin embargo, no parecía afectado por las palabras de Sanemi. Al contrario, su sonrisa se ensanchó, desafiándolo con la mirada.
-¿Estupideces?-susurró, acercándose de nuevo, sus labios rozando apenas la piel de Sanemi -Creo que tus acciones dicen lo contrario-
sanemi se erizo por completo mirando los ojos profundos de giyuu, sonrojado por el momento intento mirar hacia otro lado pero se le hizo imposible para el albino.
-Mirar hacia otro lado no funcionara, tus sentidos están completamente fijos es mi y en lo que voy a hacer~- aplico el pilar con sus ojos profundos como el oceano y su mirada picarona.
Las palabras de Tomioka lo atravesaron como un rayo, y Sanemi sintió que su corazón se aceleraba aún más. No podía creer lo que estaba escuchando, ni cómo ese tono juguetón en la voz de Tomioka lo hacía sentir tan expuesto, tan vulnerado. Intentó aferrarse a su rabia, a la frustración que siempre había sentido hacia él, pero todo eso se desvanecía ante la realidad de su cercanía.
-Eres insoportable lo sabias...-murmuró Sanemi, su voz temblando entre la ira y la atracción. Intentó apartar la mirada de los ojos oscuros y profundos de Tomioka, pero el magnetismo que emanaban lo mantenía atrapado. Era como si una fuerza invisible lo empujara a acercarse más.
-¿insoportable?-replicó Tomioka, su sonrisa ahora más amplia. -Tal vez solo eres tú quien no puede resistirse-
Sanemi tragó saliva, sintiendo que la atmósfera entre ellos se espesaba. Era como si el aire se electrizara, y cada pequeño movimiento de Tomioka lo hiciera vibrar por dentro. Por un momento, la rabia quedó en un segundo plano, reemplazada por una necesidad que nunca había querido reconocer.
sanemi lo miro con cara de {¿Qué es lo que me esta pasando?} y tomioka solo lo miro de pies a cabeza pero en un segundo se percato de algo que dudaría de que pasara en el pilar del viento, lo miro fijamente a los ojos y le dijo.
-Parece que te estas empezando a emocionar- dijo con una leve risa apuntando su mirada a la entrepierna de sanemi y viendo su erección.
Sanemi se sintió como si el mundo se hubiera detenido por un instante. La risa de Tomioka resonaba en sus oídos, cada palabra un recordatorio de la situación en la que se encontraba. Su mente quería rebelarse, pero su cuerpo traicionaba cada intento de resistirse. La vergüenza lo envolvía como una niebla espesa, y sus pensamientos se disparaban en mil direcciones.
-Cállate... -murmuró, tratando de ocultar su incomodidad detrás de un aire de desdén, pero su voz sonó más quebrada de lo que pretendía. Intentó cruzar las piernas, pero era una lucha inútil contra la excitación que crecía en su interior.
Tomioka, no satisfecho, se acercó aún más, invadiendo su espacio personal. La sonrisa juguetona no abandonaba su rostro, y sus ojos brillaban con una mezcla de diversión y desafío.
-No hay necesidad de esconderlo, Sanemi. No es algo de lo que debas avergonzarte. A veces, la tensión puede llevar a cosas... interesantes-
Sanemi apretó los puños, luchando contra el impulso de ceder a esa tentación. Cada palabra de Tomioka lo desestabilizaba más, y no estaba seguro de cuánto tiempo podría soportarlo. La línea entre el odio y el deseo se desdibujaba cada vez más haciendo que pierda el control a cada segundo que pasaba.
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