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Las dos primeras carreras de la temporada comenzaron de una manera fantástica para Red Bull, con ambas carreras con el 1-2 que el público estaba acostumbrado desde la temporada pasada.

Ahora, después de dos semanas lejos de casa, Max y Sergio por fin se encontraban en Mónaco, toda la presión y el estrés que podían llegar a sentir por el trabajo desaparecía, apenas veían a sus pequeños correr hacia ellos cuando llegaba. Pato y Oscar tenían la tradición de esperarlos con dibujos y abrazos después de una semana de carrera.

Esta vez los pequeños los recibieron una pequeña pancarta que decía “Welkom papa” con su número y un dibujo de él, a lado decía “Bienvenido papá” junto con el número de Sergio y un dibujo de él. Max no se podía encontrar más orgullo de sus pequeños, con casi siete años de edad, ya hablaban correctamente tres idiomas, el neerlandés por parte de él, el español por parte de Sergio y el francés por vivir en Mónaco, además de que actualmente estaban aprendiendo inglés.

—Papá, fue una gran carrera.—Pato nunca podía esconder su emoción al hablar del trabajo de sus padres.—¡Y ambos ganaron! Fue increíble, era como ver Cars.

Max veía a Sergio reír y escuchar atento a Pato sobre lo emocionante que fue la carrera, aunque el pequeño siempre dijera lo mismo después de cada carrera, con una sonrisa bajo la mirada para encontrarse con los ojos cafés de su pequeño Oscar, aunque los niños ya estuvieran algo grandes y pesados para ser cargados, a Max y a Sergio les encantaba cargarlo después de tanto tiempo sin verse, su pequeño a diferencia de su hermano le había dedicado un enorme abrazo y le dijo que estaba feliz de que ganará.

Sus pequeños no podrían ser más opuestos entre sí, mientras que Oscar no solía hablar mucho, Pato hablaba hasta por los codos, Oscar era más de hablar e identificarse con la cultura neerlandesa y Pato con la cultura mexicana, Oscar será más tímido y reservado con sus sentimientos y Pato siempre expresaba lo que sentía, Oscar odiaba la comida picante y Pato la amaba. Aunque fueran diferentes entre sí, Max estaba muy orgulloso de que ambos amarán pasar tanto tiempo juntos, su corazón se derretía de amor cada vez que veía como ambos se apoyaban entre sí, para él no había nada más que valiera más que su familia.

Después de la cálida bienvenida y de ponerse al día con los niños, todos se dispusieron a hacer la comida, Sergio se encargó de preparar la pasta y Max y los niños se encargaron de hacer las albóndigas, los pequeños amaban cocinar con sus padres, y se sentían orgullosos siempre que estos les decía lo delicioso que les quedaba la comida, una vez que la comida estuvo listo los pequeños pusieron los platos en la mesa y Sergio sirvió la comida, el almuerzo paso entre conversaciones triviales sobre lo que había hecho los niños las dos semanas que estuvieron fuera.

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Para Sergio no poder decirle al mundo entero que Max Verstappen no estaba disponible y que los pequeños Verstappen en realidad eran Pérez-Verstappen no era fácil, cada vez que leía en los artículos o en las publicaciones de sus fans las especulaciones que había sobre quien podría ser el padre de sus hijos solo quería publicar en todas sus redes sociales, las fotos de su boda y de él junto con Pato y Oscar y decir: “oigan tontos, Max es mi esposo y estos son nuestros hijos, así que dejen de mirar a mi esposo, gracias.”

Cuando tuvieron la reunión con los equipos de ambos para hablar sobre el embarazo de Max, se determinó que lo mejor era mantener el nombre del padre en anonimato, ambos equipos terminaron que era lo mejor, algunos fans suelen ser muy obsesivos y otros simplemente no tomarían bien la diferencia de edad que había entre ambos. Aunque al principio Max y él no estaban de acuerdo con esa decisión, terminaron de aceptar después de analizar que era lo mejor para Max no tener que lidiar con la presión y los malos comentarios de la prensa sobre su relación.

¿Quien es el padre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora