Cap.4/Un gato, un recuerdo

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Cuando iba camino a casa, me sentí mal emocionalmente, llegó ese momento de depresión, fui a sentarme al parque, pero no en una banca, si no en un juego, parecía túnel, era algo tarde, así que se veía oscuro por dentro, estaba llorando sin saber, solo mi mente estaba en blanco, no reaccionaba a nada, tanto que habían pasado 3 horas desde que había entrado, había empezado a llover, y no me percate de la hora de la que había empezado esa lluvia tan hermosa.

Salí corriendo de ese juego, para ir a una tienda por un paraguas, cuando salí escuche un ruido, el cual me asusto un poco, pero tenía una curiosidad muy fuerte por saber de donde venía aquel ruido, ya que no era un ruido espantoso, si no al momento de escucharlo me asuste por que no creí que escucharía algo, vi que el ruido provenía de una caja, así que me acerque y eran dos pequeños gatos, parecían tener 3 semanas de nacidos, pero uno tuvo la mala suerte de morir, agarré la caja, el gato muerto(que por cierto era color gris) lo llevé a un lugar para enterrarlo, cuando acabe, termine toda sucia, así que agarré al otro gatito(el cual era negro) y lo llevé a casa.

Cuando llegué vi el auto de mis padres, así que supuse que estarían en casa, y si así fue, normalmente a veces dejan el coche y se van, o a veces salen a cenar, así que entre y los vi sentados en la sala, me vieron sucia y con un pequeño gato, les explique lo que había sucedido(pero no explique del porque llegué tarde). Mis padres sintieron lastima por el pobre minino, así que me dejaron obtenerlo, mi madre me ayudo a limpiarlo, y mi padre le preparaba la comida, mientras yo me cambiaba, -nunca había visto así a mis padres- mientras miraba al techo, recordé la muerte de mi hermano, la cual hizo que me deprimiera más, -hace 4 años falleciste y sigo recordando aquella vez- me salían las lagrimas, pero las confundía con la de la regadera, cuando termine, el minino estaba dormido, iba tener una cena con mi familia, cosa que hace mucho no pasaba.

Mi padre recibió una llamada, pero tuvo que irse, al menos tenía a mi mamá hasta que su asistente habló, ella igual se fue y termine comiendo sola -de nuevo- termine de comer, y lave los trastes, me lleve al minino a mi recamara y me le quede viendo pensando en el nombre que tendría, -tu le hubieras encantado a Yamato- el minino me ronroneaba, y me coqueteaba, Yamato me daba mucho cariño, y el minino me lo daba igual -te llamarás Yamato-.

Los ojos del gato eran azules, y los ojos de mi hermano también eran azules, cada acción de Yamato me recordaba a mi hermano, y no lo comparaba con una gato, eso sería extraño, sino que los dos son muy traviesos.

Este gato me trae un gran recuerdo, que creí haber olvidado. Pero siempre estará en mi, atrapado en mi mente...

Amor suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora