Capítulo 4: Saliendo de Jordania (parte II)

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Ronan le ayudó a entrar en la partida de póker gracias a un contacto que tenía. Estaba en racha. La gente de la mesa se empezaba a indignar. Pero había alguien que llamaba su atención. Una mujer vestida con lo que parecía una bufanda de piel de zorro, con un puro en la boca. La mujer lo miraba fijamente, parecía ser quien controlaba todo en ese lugar. Tras una partida que ganó por los pelos, Marduk decidió retirarse pero cuando se levantó, la mujer hizo un gesto y unos hombres se acercaron a las espaldas de Marduk. Ronan dio unos pasos hacia adelante para defenderle pero un hombre se acercó a él colocando una navaja en su cuello, a modo de disuasión.

- ¿No quieres jugar otra partida? - preguntó la mujer con voz seria - Vamos, siéntate.

Marduk obedeció algo nervioso. Miró a su compañero que ahora estaba con dos hombres a los lados que le vigilaban. Ronan le miró y asintió para que siguiera jugando.

En la última partida, la mujer sacó la mejor mano que pudo y Marduk lo perdió todo. Hizo trampas. Los cuatro ases ya habían salido, así que era imposible que tuviera un poker de ases. Pero no podía probar que hacía trampas.

- Ha sido entretenido pero ya me aburrí. Llevaroslos - ordenó la muchacha.

Marduk y Ronan intentaron escapar pero no lo consiguieron. Ellos eran más. Les pusieron una bolsa en la cabeza y les dejaron inconscientes.

Totalmente confuso, Marduk no sabía dónde estaba pero sentía que este podía ser su final. Alguien le quitó la bolsa y la luz de la sala le hizo doler los ojos. Cuando pudo adaptarse a la luz, vio la habitación. Atisbó a Ronan a su derecha atado igual que él y la mujer de la bufanda enfrente suyo, con una pistola en la mano. Detrás suyo había dos hombres grandes, quienes parecían ser sus guardaespaldas.

- Jamás os había visto por mi territorio. ¿Quiénes sois y qué hacéis aquí?

- Ya nos íbamos - dijo Ronan

- No hablaba contigo soldado. Hablo con el inglés de pelo rizado.

- Yo... sólo vine para una excavación, soy arqueólogo...No me mates, tengo mujer e hijos... -- mintió Marduk

- Vaya, padre de familia... típico. ¿Viniste para la expedición de Wadi Rum?

- Sí, esa.

- Haremos un trato. Tráeme el diamante de Hope y yo te daré libertad.

- Pero a estas alturas seguramente ya esté de camino al museo de Londres.

- Aún no. Pero mañana saldrá el vuelo. Si lo interceptais y me lo conseguís seréis libres. Os acompañaran mis dos amigos especiales - dijo alzando la vista hacia sus dos guardaespaldas -. Ellos se encargaran de vigilar que no hagáis ninguna tontería.

- Pero no somos ladrones...

- Cállate Marduk....

- Ahora sí lo sois. Fuera de mi vista.

Fueron escoltados por los dos hombres hacia la casa de campo donde Marduk aseguraba que estaria el diamante de Hope. Marduk se coló en la casa por la ventana escalando por la celosía de la pared. Entró a su habitación con cautela. Cogió rápidamente su vasija y algo de ropa en una mochila y bajó de nuevo por la celosía.

- ¡Por fin volviste ratoncito! Sinceramente, me alegro de verte de nuevo.

- Lo mismo digo, Danilo.

- Marduk, ¿dónde estabas? - dijo la voz de Danilo desde la vasija.

- Danilo - dijo susurrando - necesitamos tu ayuda. Has visto donde esta el diamante de Hope.

- ¿El diamante? ¿Para que lo quieres?

- Me escapé de la cárcel y fui a un bar clandestino para conseguir dinero para escapar y ahora tengo que robar el diamante de Hope para que me dejen en paz.

- Vaya, pensé que eras más aburrido.

- ¿Lo has visto?

- Tu amigo Garvin lo puso en esa caja fuerte.

Se acercó y tenía una clave. <<Cual podrá ser la clave>> pensó Marduk. Algo que significase mucho para Garvin. Pensó en varias claves pero ninguna caló. Probó *1234* y la caja se abrió. <<Que irónico poner una clave tan fácil en una caja fuerte>>, pensó. Al abrir la caja, para su sorpresa, el diamante no estaba. Miró por la ventana y vió cómo lo estaban subiendo a una camioneta. Marduk bajo deprisa con la vasija en la mano y la mochila en sus hombros. Nunca habia robado, pero ésta seria su primera vez.

Sigilosamente, se coló en la parte trasera de la camioneta y se escondió entre unas cajas. Cerraron la puerta y Marduk se quedó encerrado con el diamante en su posesión. La furgoneta se puso en marcha. Al ver aquello, Ronan corrió y consiguió saltar a la parte de atrás de la furgoneta quedándose de pie enfrente de las puertas. Intentó abrir la furgoneta pero era muy difícil con una sola mano, pues la otra estaba ocupada cogiendose de la esquina de la furgoneta para que no se cayera. Con mucha dificultad, consiguió abrir las puertas traseras de la furgoneta y Marduk salió de un salto, rodando por la carretera. Ronan hizo lo mismo y ambos salieron huyendo de ahí. Por suerte, el diamante de Hope no sufrió daños tras la caída.

Corrieron hacia la furgoneta de los dos guardaespaldas, y saltaron en la parte de atrás. La furgoneta arrancó de golpe y el chófer piso fuerte el pedal del acelerador. Marduk casi se cae de la furgoneta pero uno de los grandullones cerró la puerta al momento preciso para que el arqueólogo sólo se llevase un golpe contra las puertas.

Durante el camino, Marduk observó el diamante. Tenía un brillo inusual y era de un color rosado sutil.

Volvieron al lugar donde se hallaba la mujer de la bufanda y le enseñaron el diamante.

- Buen trabajo - contestó ella.

- ¿Somos libres? - preguntó Ronan.

- Claro, os liberaré... de la vida - dijo mientras sacaba una pistola.

Tolomeo apareció por detrás y le dio un golpe haciendo que se cayera al suelo. Se pusieron a forcejear entre los dos por el dominio de la pistola.

- ¡Tolomeo, has vuelto!

- ¡Salid de aquí, rápido! - gritó Tolomeo mientras intentaba contenerla y zafarse de los guardias. Marduk y Ronan salieron corriendo de aquel lugar. A lo lejos, se oyó un disparo.

Se escondieron ágilmente en un callejón. Desde su escondite, vieron a la mujer salir con las manos manchadas de sangre. Tolomeo había muerto.

Pasados unos minutos, asegurándose de que ya no había peligro, salieron de su escondite.

- Genial, ahora no tenemos dinero y nos persigue la mafia - dijo Ronan.

- ¿Quién dijo que no? - contestó Marduk sacando el verdadero diamante del bolsillo.

- Pero ¿cómo? - Preguntó el excombatiente.

- Mientras Tolomeo se peleaba con ellos, le di el cambiazo.

- Vamos a ver a Donald. Con esto seguro que nos lleva a Londres.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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Marduk Hal y el ladrón de almasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora