Nuevas Experiencias...

capítulo 22.

-gruñe frustrada. -¡¿como por las estrellas las voy a encontrar?!-tira el libro. A la vez que se toma las sienes.

-¿pasa algo?-entra el albino.-ay vamos has pasado todo un mes completo así.-suspira pesado.

-tengo que cumplirlo. Tan solo pensar en descansar esto ya se pone rojo.-levantó el collar de su cuello, mostrando el nivel por el cual está la mitad llena de un brillo amarillo.

-se sienta al lado.-todos están preocupados por ti. Anda no has comido bien en estas últimas semanas. Cada vez te vez más pálida.-la mira hacia abajo.

-solo.. no tengo hambre.-mira un punto fijo.

-pone la mano en él hombro. -es por tu bienestar. Vamos come un poco.-le entrega un plato.

-¿donde y como lo trajistes aqui?-lo revise.

-telequinesis. -sonríe orgulloso.-creo que es mejor que comas en la sala. Para que al menos te sientas bien con el ambiente. -se levanta con una sonrisa de lado.

-mira el libro, seguido que suspira pesadamente. -esta bien.

•

-me alegra que estés comiendo. -le da un codazo.

-ya no soy una niña para obligarme a comer. Esto es importante Espío. -lleva el plato por la cocina en tan solo unos milisegundos.

Espió preocupado, solo le queda reclamarle y reclamarle, todos sus amigos incluyendo Amy, veían con lastima el estado de su compañera. Entendían que era importante esa misión, pero no justificaba para que dejara sus hábitos.

Su piel se volvía más blanco, sus ojos pesadamente con ojeras, sus piernas apenas se podían mover, su cuerpo apenas se le podía ver la carne, no cabe duda que se le notaban sus huesos.

Se veía en el espejo una y otra vez, viendo detalladamente su cuerpo, en como se había convertido, estaba totalmente desnutrida.

Con lágrimas en los ojos empezó a sollozar en silencio, no quería que nadie la escuchara llorar sola, se sentía como alguien fuera del mundo.

Se sentó frío suelo del baño, cubrió su rostro con su cabello y se lo metió entre sus piernas, viendo como sus sollozos empezaban a hacer menos ruidosos.

Poco a poco lograr a dormirse.

(...)

El sol era cálido, las aves volando por aquí y por allá, los cantos tan relajantes que podías descansar en el suave césped natural, bonito de la naturaleza.

Se acostó en las piernas de la eriza, colocando sus brazos por atrás de su cabeza, sonriendo en el proceso. Amy perpleja por el acto solo se queda viendo con un brillo en sus ojos el rostro de su amado, relajado y reflejando lo cómodo que está en sus suaves piernas.

Una mariposa de hermosos colores morados aterriza en la nariz del azulado. Amy maravillada suelta una leve risita.

Solo le quedaba acariciar su pelaje, azulado y esponjoso.

-¿tranquilo?-dice entre leves risas.

-un poco.-responde.

-por Mary, sí, también lo estoy. -suspira.-esta demasiada delgada. Se molesta cuando le decimos que tiene que comer.-comenta viendo el cielo.

Un pequeño silencio se instaló entre ellos dos. Ninguno quería hablar por temor a decir algo inadecuado. Hasta que Sonic dice: