Ep. 4: Lo siento

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¡¡Advertencia: El siguiente capítulo contiene escenas explicitas de abuso sexual, así como violencia física, verbal y psicológica. Déjenme decirles que si leen esto es bajo su propia responsabilidad, pues se les está advirtiendo desde antes!!

Les pido que tengan mucha discreción, y recuerden que todo es ficción y es mero entretenimiento.

 ... 

El viernes la presentación de Riley fue un éxito, pues los clientes quedaron encantados con ella y su faceta tan seria y poderosa. Sin embargo, este semblante se debía a la mujer que no le ha quitado el ojo de encima en toda la reunión. Desde que descubrió la verdad sobre ella, la mirada que tenía en ella la asqueaba. Sinceramente solo quería salir de ese lugar e ignorarla por completo, y eso mismo hizo.

La noche llego, y casi toda la ciudad estaba vacía, salvo que había algunos autos por el lugar, discotecas y farmacias de 24 horas. En industrias Ortiz solo estaba Riley, algunos trabajadores, y para la desgracia de la rubia, Valentina.

Mientras recogía un par de papeles en la sala donde se dio la reunión de hoy, esa misma pelicastaña que apareció más de una vez en sus sueños de una manera no muy bonita entro a la sala muy silenciosamente, tanto que cuando Andersen se volteó hacía el frente, su corazón se detuvo un momento, pues por la diferencia de altura se sentía realmente intimidada, así que le lanzó una mirada amistosa que no parecía, pero sabía que era totalmente falsa.

V:-Riley, quiero hablar un momento contigo, esta vez amistosamente-. (Dijo, viéndola de reojo).-Quiero saber porque me has estado ignorando todo el día, ¿Hice algo mal?-.

A pesar de sentir miedo, la chica se mantuvo en una posición seria y dura, pues no quería demostrarle miedo a un ser tan repugnante como ella.

R:-Lo siento, me tengo que ir-.

Iba a tratar de caminar hacia la puerta, pero Valentina la detuvo, tomando su hombro y llevándola de nuevo a su lugar.

V:-¿Por qué no celebramos tu ascenso? Trabajaste por él y se merece una pequeña copa de vino-.

Riley no iba a creer esa estúpida sonrisa de mierda. Ladeó la cabeza y suspiro por la nariz ya enojada.

R:-Discúlpame, pero no puedo seguir aquí, no contigo-. (Dijo firmemente y empezó a caminar hacía la salida, pero antes se detuvo casi de golpe y de su bolso saco un pequeño sobre blanco que le ofreció a Ortiz, esta lo tomo un poco desconcertada).-Oh, y tenga mi carta de renuncia-.

Por la expresión de la pelicastaña era claro que estaba sorprendida y un poco confundida de esto, pero Andersen no le tomo la menor importancia, no cuando estaba tan desesperada por salir de ahí y no volver jamás.

V:-¿Qué? ¿Por qué renuncias?-. (Chilló la mayor con total desconcierto, alcanzándola rápidamente y tomando de nuevo sus hombros para voltearla, pero este simple toque hizo que la rubia use sus reflejos casi de inmediato; se volteó de nuevo hacía ella y aparto sus manos que de seguro tocaron a más de una chica, obvio no las quería sobre ella, le daba tremendo asco, inclusive si no toco directamente su piel).

Sus ojos azules subieron hacia los cafés de su jefa, trasmitían dureza y no flaqueaban en ningún momento; Riley los sentía arder al ver a su contraria pidiéndole una explicación del por qué está renunciando. Así que levanto un poco su cuerpo y acerco su rostro al ajeno.

R:-No voy a trabajar con una violadora de chicas y posible psicópata en serie-.

Y con ese profundo susurro, volvió a girar su cuerpo hacia la puerta que la esperaba cerrada, pero cuando fue a girar el picaporte, este no se movió, como si estuviera cerrado con llave por fuera. Sintió su cuerpo entero congelarse.

Say You Are Mine- (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora