Ep. 7: Su muy buena niña

121 10 4
                                    

Las manos le temblaban hasta el punto que le era imposible recoger los pedazos de vidrio del suelo, incluso ya tiene algunos cortes en sus palmas. Jamás en su vida había tenido un ataque de ansiedad, bueno, no tan fuerte como el de ahora, cada que Valentina le volvía a gritar.

V:-Eres una estúpida, ni siquiera puedes lavar bien unos platos sin dejar de arruinar todo-. (Gruñía molesta por su descuido, sonriendo internamente por como muy pronto las amargas lágrimas volvían a salir de sus ojos).

R:-Lo siento, no volverá a pasar, lo juro-. (Casi susurro, pero sonaba más un lloriqueo. Olvidando el ardor en sus palmas, termino de recoger los últimos pedazos del vaso de vidrio roto para arrojarlos al bote de basura de la cocina, con la atenta mirada de Ortiz sobre ella en cada movimiento).

Barrió los restos del vidrio en el suelo, y luego se dirigió al lavamanos para limpiarse los restos de sangre de las manos, lo que no se esperaba es que Valentina tome una de sus manos y chupe sus heridas, justamente todas las que tenían enterrados pedazos de vidrio que fácilmente succiono con sus labios antes de lanzarlos al fregadero limpio. Para finalizar, lavo sus manos con jabón para desinfectar las heridas, y le regalo un beso en sus manos.

V:-Sabes que te regañe por tu bien, ¿no?-. (Ella dijo, sonriendo levemente. Aquel semblante tan aterrador para Riley desapareció por completo, ahora solo dejando una mirada un tanto amable y amorosa hacia ella, pero aun así no sintió ninguna compasión en sus expresiones o besos).

Sin embargo, asintió lentamente con la cabeza gacha y quitando el resto de las lágrimas restantes de sus mejillas.

R:-S...Sí, lo entiendo. Prometo no volver a hacerlo-.

V:-Buena niña-. (Elogio falsamente, ahora acariciando su mejilla. Riley trato de reprimirse al tacto, pero no pudo mover mucho la cabeza por miedo a cualquier cosa si trata de apartarse).-Casi se me olvida decirte; hoy iremos a comprarte ropa y algunas cosas más, así que ve alistándote. Ya te traigo ropa y zapatos, mientras, termina de recoger la mesa-.

La rubia solo atino a verla salir de la cocina y desaparecer por un pasillo, con los ojos bien abiertos ante la mención de la salida al exterior.

Esta tal vez era su oportunidad de escapar si es que Valentina se distrae un momento, después de eso tal vez acuda a las autoridades y contacte a sus hermanos y padres, si es que estos le prestan aunque sea un poco de atención.

...

Aún tenía parte del cuerpo adolorido y su parte trasera dolía al sentarse, pero eso aprecio importarle poco a Valentina al arrastrar a Riley directo a s u auto para ir a la ciudad.

Valentina le presto un vestido rosa de mangas largas que usaba su madre de joven, se sorprendió por como cuadraba con su contextura. También le dio un par de sandalias que la misma chica usaba cuando era más joven, y su collar lo reemplazo por una gargantilla de cuero totalmente inocente a los ojos del público, incluyéndola a ella.

La rubia miraba la ventana del auto, pensando y analizando un plan en su cabeza para escapar de las garras de esa mujer sumida en silencio mientras manejaba. Le pareció raro que la deje sin dispositivos ni una sola cosa en su cuerpo para localizarla. La creía más inteligente que esto.

Cuarenta minutos después de viaje, habían llegado a un centro comercial de la ciudad, era uno de esos grandes y prestigiosos donde solo los de clase alta podían comprar, era más que obvio por las instalaciones. Riley trata de salir del auto, pero todavía está cerrado con seguro. Mira a Valentina, quien estaba quieta en su puesto, mirando el estacionamiento y con una mano entre sus piernas.

R:-¿E...Está bien?-. (Pregunta Riley, viéndola temerosa por esa pensativa mirada. Está a punto de tocar su hombro a ver si reaccionaba, pero en eso, un golpe eléctrico recorre dolorosamente su cuerpo, era uno ligero, pero doloroso que la hizo jadear con fuerza y retorcerse en su asiento.

Say You Are Mine- (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora