Octubre llegó, ya era día de brujas. Yo me disfrace de esqueleto junto con mis amigos. El instituto estaba lleno de todo tipo de monstruos. Yo no presté mucha atención y me dirigí al baño, ya estaba todo planeado. Cogí la hierba y me encerré en el baño. La doble varias veces con gran esfuerzo. Mi amigo Tommy se asomo por la puerta del baño.
-Johnny, ¿ya lo tienes?
-Aún no.- Me asome por arriba para verlo mejor. -¡Has silencio!
-Okay, okay.- Dijo esto y se marchó.
Seguí intentado, pero no daba resultado. Me enfoque tanto en la pequeña tarea que no sentí la manguera que estaba justo arriba de mi. De repente, un gran chorro de agua me mojo por completo.
-¡AGH!- Grite.
Esto debía ser obra de Daniel LaRusso. El pequeño no podía dejar las cosas pasar. Era tan cobarde que no podía afrontarme a la cara.
Salí del baño y lo persegí, no dejaría que ese enano manchara mi dignidad. Mis amigos me siguieron y corrieron conmigo hasta que lo atrapamos mientras intentaba escalar una valla.
-¡Lo tengo!- Dijo Dutch.
-¡Ya es mio!- Grite y le dí una patada.
El chico se agarro de la valla y gimio. Mis amigos y yo no paramos hasta que el moreno estaba completamente aturdido. El levantó su cabeza, sus hermosos ojos marrones clavandose en los míos. Sentí un pequeño cosquilleo en la columna vertebral, pero no dejé de mirarlo. Parecía que estaba pidiendo piedad con los ojos. Oh por Dios... que tierno era. Mi respiración se agitó y lo único que hize fue levantarlo del suelo y decirle que se largara.
-¿Que haces? Todavía aguanta unos golpes más.- Dijo Bobby, listo para dar una patada.
-Es suficiente, ¿Qué si su madre se entera?- Respondí.
-Me da igual, yo seguiré pegándole.- Intervino Dutch.
Volteamos a ver al chico pero ya se había ido. Yo me quedé estático, todavía con el recuerdo de esos ojos en mi cabeza. Me estaba volviendo débil. Ya no podía darle una patada a cualquier empollón sin sentir vergüenza. Todo era culpa de LaRusso. El me había convertido en esto.

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《¿Por qué no te das cuenta?>♡ [Lawrusso☆》
Genç KurguEl chico más valiente de su instituto, y tal vez de todo el Valle, se enamora perdidamente de un chico que lo vuelve impredeciblemente débil.