ᝰ┆cinco.

195 20 4
                                    

¿Tensión sexual?

De vuelta en la habitación, Hynjin dejó las bolsas de la compra sobre el escritorio y Felix comenzó a ordenar en silencio. El sonido de los empaques llenaba el espacio, y aunque ninguno de los dos hablaba, la atmósfera se sentía cargada, como si hubiera algo suspendido en el aire. Félix intentaba ignorar el latido acelerado de su corazón cada vez que Hyunjin se movía cerca de él, y aunque sabía que debía relajarse, se daba cuenta de que era imposible en ese momento.

—Uf, por fin en casa —murmuró Hyunjin, dejando caer las llaves y la billetera sobre su cama antes de empezar a quitarse la chaqueta—. No sé tú, pero las caminatas con bolsas deberían contar como ejercicio.

Félix sonrió levemente y asintió, aunque no logró decir nada en respuesta. Sentía que cualquier palabra que saliera de su boca podría delatar la incomodidad que trataba de ocultar. Hyunjin, ajeno o indiferente a la tensión en Félix, continuó con su rutina de lo más natural.

—Voy a cambiarme —anunció Hyunjin, cruzando la habitación con la misma despreocupación de siempre.

Félix intentó distraerse, concentrándose en guardar las cosas, pero sus ojos parecían tener vida propia, y antes de que se diera cuenta, se encontró observando de reojo a Hyunjin. Lo vio tirar la camiseta sobre la cama, dejando al descubierto su torso. Era atlético, con líneas definidas y una piel clara que reflejaba la luz de la habitación, haciendo que cada músculo pareciera más marcado. Félix sintió cómo la vergüenza lo invadía, pero sus ojos permanecían fijos, como si estuviera atrapado en esa imagen sin poder apartar la mirada.

Hyunjin, notando la quietud en Félix, giró la cabeza hacia él y arqueó una ceja, esbozando una sonrisa que mezclaba curiosidad y diversión.

—¿Todo bien por ahí, Félix? —preguntó en un tono despreocupado, aunque había algo en su mirada que indicaba que había notado la atención de Félix.

Félix, sobresaltado, desvió la vista de inmediato, sintiendo cómo el calor subía hasta sus mejillas.

—Sí, sí, claro —respondió, intentando sonar casual y fallando miserablemente—. Solo estaba... guardando las cosas.

Hyunjin dejó escapar una risa suave, notando cómo Félix se ponía visiblemente nervioso. Terminó de desabrocharse el cinturón y, en lugar de darse la vuelta para darle privacidad a Félix, continuó cambiándose de la manera más natural, como si estuviera completamente solo.

—¿Seguro? —preguntó Hyunjin, con un toque de picardía en la voz—. Pareces... algo distraído.

Félix tragó saliva, sabiendo que cualquier excusa sería inútil, pero sin saber cómo salir de la situación. Trató de centrarse en los productos que seguía guardando, aunque ya no lograba concentrarse en nada.

—No es nada... solo... un poco cansado, supongo —dijo en voz baja, aunque sabía que no sonaba convincente.

Hyunjin se acercó un par de pasos, ya con una camiseta limpia y una expresión curiosa en el rostro. Se cruzó de brazos, observando a Félix con una sonrisa apenas contenida.

—Félix, no tienes que ponerte tan nervioso. Me parece que ya llevamos suficiente tiempo como compañeros para que esto no sea tan raro, ¿no? —Su tono era suave, pero había un toque de provocación en sus palabras—. ¿O es que hay algo que te molesta?

Félix sintió un nudo en la garganta y negó con la cabeza rápidamente, incapaz de sostenerle la mirada. Sabía que Hyunjin solo estaba jugando, pero cada palabra, cada gesto, lo hacía sentir más atrapado. Su mente era un revuelto de pensamientos, y por más que intentaba ignorarlo, la atracción que empezaba a sentir hacia Hyunjin se volvía cada vez más evidente.

—No... no es nada —respondió finalmente, en un susurro—. Supongo que solo me estoy acostumbrando.

Hyunjin sonrió, como si su respuesta le hubiera dado aún más pistas de lo que realmente estaba sintiendo. Dio un paso más hacia él, acercándose hasta que Félix pudo percibir el aroma de su costoso perfume.

—Bueno, entonces será cuestión de tiempo —dijo, con una voz suave, mirándolo de cerca—. Y no te preocupes, Félix. Yo soy paciente.

Félix apenas logró esbozar una sonrisa, incapaz de encontrar palabras. Hyunjin se apartó después de unos segundos, con una expresión satisfecha, como si hubiera logrado justo lo que quería. Se dirigió a su cama y se sentó, revisando su teléfono como si nada hubiera pasado, mientras Félix intentaba recuperar la calma y controlar las emociones que le aceleraban el pulso.

Trató distraerse, pero sentía la mirada de Hyunjin fija en él, como si estuviera esperando el momento perfecto para decir algo. Luego de un rato en silencio, Hyunjin rompió la calma con esa mezcla de confianza y tono despreocupado que lo caracterizaba.

—¿Te has dado cuenta de que que vives estresado? —comentó Hyunjin, sin dejar de mirarlo—. Tal vez necesitas relajarte. Tengo una idea.

Félix parpadeó, intrigado pero también un poco nervioso. Hyunjin sonrió y, acercándose, tomó su mano con suavidad, sus dedos rozando los de Félix de una forma lenta y medida, casi como una prueba. Félix sintió un cosquilleo que le subió por el brazo y trató de no mostrar su nerviosismo, aunque su respiración delataba lo contrario.

—Relájate, no voy a hacer nada raro —dijo Hyunjin, riéndose suavemente, aunque había una chispa de picardía en sus ojos—. Solo un pequeño ejercicio de confianza, lo acabo de ver en TikTok. ¿Puedo?

Félix asintió, aunque todavía no sabía exactamente a qué se refería. Hyunjin empezó a mover sus dedos con una suavidad inesperada, como si estuviera dibujando patrones invisibles sobre su piel. Félix sintió cómo el pulso le martilleaba, incapaz de apartar la vista de las manos de Hyunjin, cada toque sutil desatando una nueva ola de sensaciones nuevas para él.

—¿Ves? Nada del otro mundo. Solo... confianza —dijo Hyunjin en voz baja, observándolo con una sonrisa. Félix intentó relajarse, aunque el ambiente se volvía cada vez más denso, más cargado de algo que ninguno de los dos decía en voz alta.

—¿Tú haces esto con todos tus amigos? —bromeó Félix, intentando romper la tensión, aunque su voz sonó un poco insegura.

Hyunjin soltó una pequeña risa, pero no apartó su mano.

—Digamos que... solo con amigos especiales. —Hyunjin le lanzó una mirada intensa, observándolo directamente a los ojos. Luego dejó caer su mano lentamente, aunque el eco del toque seguía en la piel de Félix, vibrando como una corriente que no se apagaba.

Félix se quedó en silencio, sin saber exactamente cómo interpretar lo que acababa de pasar. No podía negar que ese roce había despertado algo en él, algo nuevo y confuso. Pero, al mismo tiempo, la mirada relajada y juguetona de Hyunjin hacía que todo pareciera parte de un juego.

Hyunjin, notando la expresión confusa de Félix, le dio una palmada suave en el hombro y sonrió.

—Hey, tranquilo, no te quemes la cabeza. Somos compañeros, y debería haber confianza, ¿no? —dijo con un tono ligero, aunque su sonrisa sugería que sabía exactamente el efecto que había causado.

Félix intentó responderle con una sonrisa, pero apenas logró una tímida. Mientras Hyunjin se alejaba, Félix supo que esa "confianza" de la que hablaban había cruzado una línea, aunque ninguno de los dos estaba listo para decirlo en voz alta.

La noche cayó y, mientras ambos se preparaban para dormir, Félix no pudo evitar repasar cada toque, cada mirada. Algo había cambiado entre ellos. Y por primera vez, Félix comenzó a preguntarse hasta dónde estaba dispuesto a llegar en ese juego silencioso que apenas comenzaba y quería continuar.

A Tu Ritmo  _ HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora