Los primeros rayos de sol se colaron por las cortinas, iluminando la habitación y anunciando un nuevo día. Félix fue el primero en abrir los ojos, parpadeando para acostumbrarse a la luz. Se giró y vio a Hyunjin todavía dormido, con el cabello oscuro desordenado sobre la almohada y una expresión pacífica que contrastaba con su energía habitual. Era una imagen que Félix sabía que guardaría en su memoria por mucho tiempo.
Unos minutos después, Hyunjin se movió, abriendo los ojos con un quejido bajo mientras una mano se posaba en su frente.
-Oh, no. Mierda... -murmuró, frunciendo el ceño y dejando escapar un suspiro de dolor-. Maldita sea, Minho. La próxima vez lo ataré a una silla eléctrica para que no me haga beber tanto.
Félix rió en voz baja, sentándose en la cama y observándolo con diversión.
-¿Dolor de cabeza? -preguntó, aunque la respuesta era obvia.
Hyunjin lo miró con los ojos entrecerrados, con una expresión que decía claramente "ni lo preguntes".
-Sí, y esta es oficialmente la última vez que dejo que Minho me convenza de nada, al menos por un mes -respondió, levantándose lentamente y buscando su ropa tirada por la habitación-. Oye, ¿desayunamos? Creo que necesito algo de comida para calmar a las voces en mi cabeza.
-Claro, vamos. -Félix sonrió, ya sintiéndose más relajado después de la noche anterior.
En el Comedor
El comedor estaba animado, con estudiantes y amigos llenando las mesas, conversando y riendo mientras el sol de invierno iluminaba el lugar a través de las grandes ventanas. Félix y Hyunjin se sentaron en una mesa cerca de la ventana, desde donde se podía ver un paisaje nevado que parecía sacado de una postal. Hyunjin, todavía con una mueca de dolor, bebía lentamente un café negro mientras Félix le daba sorbos a su chocolate caliente.
-Sabes, a pesar de tu resaca, te ves sorprendentemente presentable -bromeó Félix, mirándolo con una sonrisa.
Hyunjin levantó la vista y fingió una expresión ofendida.
-Gracias por el cumplido más hijo de puta de la historia -dijo, alzando la taza en un gesto dramático-. Haré lo posible por sobrevivir a este día, solo por ti.
Félix soltó una risa y negó con la cabeza.
-Eres todo un drama, Hyunjin.
-Y tú, un aguafiestas -respondió Hyunjin, empujando suavemente el hombro de Félix antes de que ambos rieran.
El comedor seguía lleno de vida, y Félix se permitió un momento para mirar alrededor. Se sentía más tranquilo y feliz, disfrutando del ruido y del paisaje. La conversación ligera y los gestos cómplices con Hyunjin le recordaban por qué estos momentos juntos valían la pena.
De repente, una voz familiar irrumpió en su tranquilidad.
-¡Oigan, tortolitos! -gritó Minho desde la entrada, acercándose con Jisung y otros amigos detrás de él. Llevaba un balón de fútbol en la mano y una sonrisa de desafío en el rostro-. Hora de jugar. Vamos a armar un partido, y no se aceptan excusas, Hyunjin.
Hyunjin soltó un gemido fingido, llevándose la mano a la frente con teatralidad.
-¿Jugar fútbol? ¡Minho, apenas puedo mantenerme de pie!
-No hay excusas, amigo. Esta es tu oportunidad de redimirte por la última vez que perdiste por goleada -dijo Jisung, riendo y chocando los cinco con Minho.
Félix miró a Hyunjin, contagiado por la emoción de los demás.
-¿Qué dices? -preguntó, levantando las cejas.
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A Tu Ritmo _ Hyunlix
FanficHyunjin y Félix, dos mundos opuestos, una sola habitación... y un descubrimiento inesperado. Félix guarda un secreto: nunca ha experimentado un orgasmo. Hyunjin, quiere ayudarlo.