Último capítulo. XV.

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POV Narrador omnisciente.

Emilio y Ramiro llegaron a la calle donde supuestamente se encontraba el edificio, pero efectivamente, lo primero que vieron fue algo parecido a un hotel de color blanco y azul, muy grande y con margaritas y tulipanes al frente.

Se estacionaron y bajaron los dos en frente del gigante edificio, sin pensarlo dos veces se dirigieron hacía la entrada, pasando la puerta giratoria, y llegando al lobby, donde pudieron ver a una chica joven, la cual se le acercaron.

La chica los miró, al parecer estaba con un computador.

–Hola buenos días, ustedes deben ser,¿Ramiro y Emilio?– La pelirroja les sonrió.

–Eh, si, somos nosotros, ¿Como sabe?– Dijo Ramiro.

–El jefe me dijo que tenía una cita con ustedes ahora a las nueve de la mañana. También que les dejara pasar, está aquí en la primera habitación a la derecha, les está esperando.

–Muchas gracias.– Se retiraron.

Se dirigieron justo donde dijo la chica, tocó la puerta Ramiro, esperaron tres segundos, y solo escucharon un "¡Pase!" desde el otro lado de la puerta.

Abrieron la puerta lentamente, lo primero que ambos vieron fue a un señor con traje negro, y una computadora arriba de su escritorio color madera clara.

–No sean tan tímidos, pasen por favor.

Avanzaron y se sentaron en las sillas que estaban delante del escritorio, muy cómodas por cierto.

–Un gusto, soy Ramiro y el es Emilio,– Dijo mostrando la palma a los pertenecientes de los nombres.– y usted es, ¿Jefe Marcos Saltillo?

–Díganme Marcos, por favor, no me gustan tanto las formalidades.

–Bueno, Marcos, anoche le mandé mensaje para comprar un departamento, y dijo que nos vería para lo del precio y demás, ¿No?

–Exacto, y permítanme iniciar.

–Por favor.

–Bien, empezaremos por lo de las características de los inmuebles, el departamento está fijo, no se moverá tanto si es que hay un terremoto, eso hacemos con todos los departamentos de nuestro hotel, los hacemos resistentes, no se dañará la estructura a gran escala, y si se daña, no se cambiará el valor de la propiedad que técnicamente sería suya, eso es inmovilidad. Se puede ver y tocar el departamento una vez que le dé el tour en físico, eso sí, mucho cuidado, eso es tangibilidad. Llevamos con este hotel más de 15 años desde que se fundó, y veanlo, sigue como nuevo, eso es durabilidad. Usamos este hotel mucho, de hecho este lo heredé de mi padre; este es un hotel lujoso, no solo por como se ve, sino también por dónde se encuentra, es una de las zonas más ricas de la ciudad, solo aquellos que van para ser famosos y tienen dinero viven aquí, este hotel como vieron en la entrada está brillante, ¿Verdad? Cómo que resalta más.– Ambos asintieron.– No estoy comparando, si eso piensan, este hotel siempre estará en las mejores condiciones, eso se los aseguro, eso es heterogeneidad. Tienen derechos, como por ejemplo derecho a reclamar sobre algún tipo de fallo en el departamento, como una pared con la pintura rota, si es que lo acaban de comprar, eso es derecho adjunto. Tendrán seguridad confirmada con cámaras de vigilancia, extintor, botón de robo, etc. Los que se hospedan aquí o los que serán sus vecinos son amables, no problemáticos, perfecto para una buena convivencia vecinal. Si algo no les gusta del departamento nosotros nos encargaremos de hacerlo lo más cómodo posible. Y por último si aceptan comprarlo tendrían que checar la documentación y listo.

–Wow, para ser tan bueno debe ser caro, se ve que este hotel es muy bueno y que tiene el mejor jefe.– Dijo Emilio.

–Gracias.

Algunas cervezas ( Ramilio ) || ¡Terminada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora