Retazos de amor

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"No podemos ser amigos,

pero me gustaría  tan solo pretender.

Te aferras a tus papeles y bolígrafos.

Esperaré  hasta que te guste otra vez".

We can't be friends (wait for your love) - Ariana Grande


—Creo que lo mejor es que terminemos, Yuuji.

Aquellas palabras fueron como un golpe directo en el pecho. Yuuji dio un paso hacia atrás, pasmado.

No, no podía ser posible.

—¿Es una de tus bromas? —El menor sonrió con nerviosismo —. Satoru, ya te dije que...

—Estoy hablando en serio —lo cortó —. Ya no quiero seguir con esto.

Sus ojos marrones se posaron en el rostro del peliblanco, casi como si esperase encontrar algún signo de burla o aflicción. En su lugar, Yuuji pudo percibir una frialdad bastante impropia de su novio. 

Al comprender que no estaba jugando aquella vez, su corazón se aceleró con alarma.

—¿A qué te refieres con qué ya no quieres seguir? —Se rascó la nuca en un intento de no parecer tan afectado —. No estoy entendiendo nada de lo que dices.

Satoru se presionó el puente de la nariz, conteniendo la irritación y la incomodidad que empezaban a crecer dentro y fuera de sí.

Lo que diría no le resultaba para nada fácil.

Más bien, lo odiaba.

Se odiaba a sí mismo.

—Yuuji, eres un chico muy lindo. Siempre pareces esforzarte en tus metas y eso es lo que más admiro de ti. Sin embargo... —hizo una pausa, volviendo su atención al pelirrosa —. No me puedo seguir engañando de esta forma.

—¿Satoru?

Al ver la expresión contrariada de Yuuji, tomó una gran bocanada de aire. El remordimiento lo embargó, pero su decisión no flaqueó.

—Ya no me gustas —finalmente soltó —. Empiezo a pensar que en realidad solo confundí lo que sentía por ti. Y en verdad, lo lamento más de lo que llegaré a hacerlo ahora.

El otro joven fue incapaz de hablar por un instante. Quiso ver a Satoru sonreír, decirle que todo ello solo era una broma pesada y pasar el resto de la tarde en compañía del otro. La idea de que debía renunciar repentinamente a la posibilidad de permanecer a su lado fue como si una corriente helada volviera de hielo la sangre que corría por sus venas.

Yuuji dejó escapar una profunda exhalación, aturdido.

Mientras tanto, Satoru seguía contemplando impasible la situación. Solo quería que su kōhai aceptará la separación y tuviera la libertad de...

—Me niego. —Su respuesta lo descolocó.

—¿Qué?

—No quiero terminar de esta manera. No es justo —el menor consiguió murmurar, con la mandíbula apretada.

El peliblanco resopló, no quería mostrar demasiado la confusión evidente en su semblante.

—¿Qué es lo que quieres? —tras calmarse, intentó negociar —, sabes cómo me siento. Acabo de decírtelo y no quisiera que tú...

One shots [GoYuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora