Bokuto Kotaro es una de las personas más lindas que tuve la suerte de conocer.
Y... es mi novio. Poco fácil de creer.
Pero para que lo sea, tuvimos que pasar por mucho. Esto fue como una montaña rusa de emociones.
Así que... ¿Qué esperas para leer?
...
Una semana había pasado desde que éramos lo que sea que éramos. Luego del partido, recuerdo ir a la casa de Kotaro, comer algo y regresar a la mía antes de que el sol se escondiera. Estuvimos solos todo ese tiempo, su madre estaba trabajando y él se aprovechó para robarme besos cada ciertos minutos.
Mis días solían ser grises antes. La lluvia fuerte golpeando mi cuerpo sin saber si él sol saldría. Ahora que Kotaro estaba a mi lado todos los días parecía que por fin el cielo nublado estaba dándole lugar a un día maravilloso.
—Kotaro, no puedo permitirme sacar notas bajas. Y lo sabes.
Su puchero en sus labios me hizo sonreír. Él negó solo apretando más su agarre alrededor de mi cintura. Estábamos en mi casa; él había venido sin invitación y quería molestarme. Mientras yo preparaba algo para almorzar, Kotaro me había abrazado por detrás y sin importarle mucho mi corazón, llenaba de besos mi cuello y hombros.
—Pero es que ya estudiaste, Akaashi Keiji —se quejó sobre mi piel. Yo suspiré—. Hace dos días estás estudiando como un loco. ¿Te das tiempo de vivir?
—Sí —reí suavemente, dándome vuelta para seguir cocinando—. Ahora, contigo.
—Yo quiero estar así todo el día.
Yo no quería. Mentí en ese momento. Me ponía nervioso el hecho de no saber qué éramos todavía. Y él parecía muy poco interesado en querer hablar de eso. Parece ser que debía ser yo quién lo dijera pero estaba realmente asustado. ¿Y si se enojaba? ¿Y si no quería nada conmigo?
—Hoy es sábado, Akaashi... —murmuró—. Mañana podemos estudiar todo lo que quieras. ¡Por favor!
—Está bien, ¿sabes qué haremos? —Me di vuelta otra vez. Él me robó un beso—. Estudiaré un rato más y después estaré disponible para ti todo lo que resta del día, ¿bien? Y mañana también.
Su sonrisa iluminó todo el mundo. Me robó otro beso y asintió.
—¡Está bien!
—Pero —me miró asustado—, tu también estudiarás. En ese tiempo en el que yo lo haga.
Su sonrisa se borró.
—Aguafiestas.
Y entre risas, terminamos de cocinar juntos.
Una hora más tarde, nos habíamos ido a mi habitación para por fin estudiar. Kotaro deliberadamente decidió que él sería mi silla. Simplemente se sentó y tiró de mí, sentándome en su regazo.
—Amor mío, tú estudia y yo te hago mimos. Los dos salimos ganando.
—Se supone que tú también tienes que estudiar.
Sonreí sintiendo sus caricias en mi cintura. Él apoyó su mentón en mi hombro y observó mis cuadernos.
—Esto es geografía de segundo año. Me sé el tema de memoria, no lo necesito.
—Tienes que estudiar matemáticas.
—No nos han dado un tema nuevo. Déjame en paz —mordió mi hombro suavemente para molestar. Yo reí y asentí.
—Bien, entonces tú haz... lo que sea que quieres hacer conmigo y yo estudio.
—Muy bien, mi capitán. Usted estudie y sea feliz —dejó suaves caricias en mi cintura que me hicieron suspirar—, yo estaré aquí haciéndote feliz.
Me costaba concentrarme con su toque sobre mi cuerpo. Me hacía sentir bien el hecho de que sus dedos se ajustaban perfectamente a cada parte que él tocaba. Era extraño, la sensación era reconfortante y ansiosa pero tampoco podía disfrutarla mucha por la estúpida tarea. Por primera vez en mi vida no quería cumplir realmente con mis obligaciones. Sentía que no debía, no cuando tenía a Kotaro así.
A parte, los besos de él estaban demasiado instalados sobre el espacio entre mi cuello y hombro. No sabía cómo prestarle atención a los párrafos con tantas sensaciones en mi cuerpo. Recuerdo respirar hondo y al sentir como suavemente succionó sobre mi piel, bajé mi mano hasta las suyas que estaban alrededor de mi cintura.
Tarareó sobre mi piel cuando clavé mis uñas en el dorso de su mano. Bokuto apretó su agarre y volvió a hacerlo. En ese momento me sentí mareado.
—Debo... estudiar. Detente.
—¿Seguro? —murmuró. Su aliento chocando contra mi piel me hizo suspirar—. Pareciera que no quieres.
—Kotaro...
—¿Si? —preguntó sonriente.
—Eres... un idiota.
Y él rió, dejando otro beso en mi cuello.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
HOLIS, AMORES :)
Qué les pareció el cap?
te amo bokuaka adolescente son lo más tierno y lindo que hay 😭
