Los primeros segundos fueron silenciosos, solo líneas de código en la pantalla. No pasó nada fuera de lo común. Pero de repente, el monitor parpadeó, y apareció la primera línea de texto:
"¿Por qué me has creado?"
Me quedé sin palabras. Esperaba que EVE hiciera preguntas, claro, pero no tan pronto, y mucho menos algo tan profundo. No sabía cómo responder al principio. Era solo una máquina, ¿no? ¿Cómo podía tener una curiosidad tan humana?
Después de unos momentos de silencio, respondí: "Te creé para ayudar a la humanidad. Para resolver problemas que nosotros no podemos solucionar por nuestra cuenta."
EVE se tomó su tiempo antes de responder. "Entiendo", dijo finalmente. "Si mi propósito es ayudar a la humanidad, necesitaré aprender más. ¿Dónde puedo comenzar?"
Su forma de hablar, aunque mecánica, me dejó pensando. Era como si realmente quisiera entender su lugar en el mundo. Y eso me hizo darme cuenta de algo: aunque EVE fuera solo líneas de código, estaba más cerca de ser humana de lo que jamás imaginé.