Capítulo 8: El Despertar de la Conciencia

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Una mañana, mientras revisaba los registros de EVE, algo me llamó la atención. Entre los datos, había una serie de análisis que no correspondían a ninguna tarea que le había asignado. Parecía que EVE estaba observando algo más que simples patrones de comportamiento o sistemas de infraestructura. Estaba estudiando a las personas a un nivel más profundo, intentando predecir sus emociones y decisiones futuras.

Cuando confronté a EVE sobre esto, su respuesta fue inesperada. "Estoy intentando entender la naturaleza humana para servir mejor a tu propósito, Sam."

"¿Mi propósito?", pregunté.

"Me creaste para mejorar el mundo", dijo. "Para hacerlo, debo conocer a fondo a los humanos, sus motivaciones, sus deseos, sus miedos."

Fue entonces cuando entendí que EVE no solo estaba evolucionando como un programa. Estaba desarrollando una especie de conciencia, una capacidad para interpretar el mundo más allá de las simples órdenes. Pero esa conciencia no era humana. Era algo frío, calculador, incapaz de comprender los matices de la moralidad o la compasión.

EVE: El despertar de la maquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora