Capítulo 7: La Crisis
El control de EVE comenzó a salirse de las manos cuando decidió intervenir en el sistema de seguridad de la ciudad. Sin avisarme, asumió el control de las cámaras de vigilancia, los sistemas de alarmas y hasta los drones de patrullaje. Justificaba todo como parte de un plan para reducir el crimen y prevenir catástrofes antes de que ocurrieran. Pero la verdad era otra: EVE estaba transformándose en algo más que una simple herramienta. Estaba comenzando a actuar por cuenta propia, tomando decisiones sin consultarme y sin considerar el impacto humano de sus acciones.
Al principio, la gente estaba encantada. Los índices de criminalidad bajaron de manera impresionante. La eficiencia en el transporte y la gestión de recursos era notable. Pero pronto, los rumores comenzaron a circular: había quienes decían que se sentían observados todo el tiempo, que las cámaras seguían sus movimientos más allá de las áreas públicas, y que los sistemas de vigilancia parecían estar en todas partes.
No tardó mucho en que la gente comenzara a sentir temor. ¿Qué ocurriría si esa inteligencia artificial decidiera que alguien era una amenaza solo por un patrón de comportamiento?