||C#03: Los demonios del diablo||

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No nací en el infierno, pero me destruyeron en él: MissingP

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No nací en el infierno, pero me destruyeron en él: MissingP.

«LEVENT»

Un gruñido se me escapa cuando el sujeto con máscara me da una patada giratoria qué me envía contra la pared con brusquedad, sin duda alguna, está siendo más estricto hoy, creo que me he roto algún hueso, concéntrate. Me levanto rápidamente y me muevo hacia él con la intención de golpearlo también, pero es más rápido y al contrario de mí, no tiene ningúna herida ni golpe grave, así que evita los golpes qué intento darle, y me golpea más duro que antes. No puedo verlo por su máscara, pero siento que se burla de mí, y eso solo me enfurece más y más. Lamentablemente el entrenamiento termina conmigo al borde de la inconsciencia.

—Débil —Escucho y apenas lo hago intento ponerme en pie, pero es inútil, estoy muy mareado, así que solo puedo seguir escuchando su voz carente de humanidad de mi padre—, es una vergüenza que seas mi primogénito.

Desde que tengo memoria, y mucho más luego de que mamá muriera, siempre ha sido así, un ser sin alma que solo busca la perfección en su descendencia, pero que no hace nada para motivarnos, no, él solo nos rompe una y otra vez para volvernos irrompibles, es un maldito psicópata de mierda. Lamentablemente no tenemos escapatoria, bueno, solo podemos morir, pero no quiero hacerlo, no en este infierno y menos bajo las leyes de este lunático qué me tocó como padre.

—¿Al menos ha mejorado algo?

—Aún no hay mejora desde la última vez, señor —habla el enmascarado que casi siempre me deja inconsciente con sus entrenamientos—, de hecho su rendimiento ha bajado un poco.

Aprieto mis dientes con fuerza junto a mis puños, segundos después una patada brutal me envía de nuevo contra la pared, ahora definitivamente tengo los huesos rotos. No hay nada peor para Berke Arslan qué la debilidad, por suerte nunca ha golpeado a mis hermanos él mismo, no sé si ellos podrían sobrevivir a una de sus patadas o puñetazos. Lo bueno es que ellos aún tienen tiempo antes de tomar este tipo de entrenamiento.

—¿Los otros?

Me tenso cuando pregunta por mis hermanos menores. Nunca pregunta por ellos. Así que de repente una sensación ominosa se comienza a desatar en mi interior. Por favor, que no sea lo que estoy pensando.

—Pronto podrán comenzar a entrenar conmigo.

No, no, no, no. Mis hermanos han estado recibiendo otro tipo de clases, una en la que no se necesita luchar cuerpo a cuerpo, ni tomar un cuchillo, solo se utiliza la mente. Con ese entrenamiento intentan que tu mente se vuelva fuerte para que seas capaz de pasar la prueba antes de este entrenamiento infernal.

Mm, quizás alguno de ellos sea más útil que este mocoso.

—Daré lo mejor de mí entrenando a sus descendientes, señor.

Oscuridad gris.©#1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora