Hay una sombra en su alma que parece la luz más brillante en el infierno: MissingP.
LEVENT.
El niño en el espejo se ve horrible, su rostro se está comenzando a inflamar, y su cuerpo comienza a doler mucho más, no hay lugar en su anatomía que no tenga algún moretón, pero al menos no tiene huesos rotos. Sonrío con burla, hablar de mí mismo como sí fuera un espectador de mi propio infierno es una estupidez, pero de alguna forma me ayuda, bueno, me ayudaba, ahora solo me hace sentir patético. Ahora las cosas son diferentes, cuanto más crezco más entiendo lo que me espera al haber nacido en la familia Arslan.
Enrollo la toalla alrededor de mi cintura y salgo del baño lentamente. Me muevo hacia mi placard y comienzo a vestirme, pero solo llego a ponerme mi ropa interior y un short cuando la voz de Kilyzhian me sobresalta.
—¿Necesitas una hora para tomar una ducha? —Él está recostado cómodamente en mi cama con los brazos detrás de su cabeza—. De igual, no te pongas la remera, te ayudaré a ponerte algo para desinflamar tus heridas y golpes.
—Lárgate, Kilyzhian.
Llego a la cama y tomo el botiquín, pero él es más rápido y me lo arrebata y de un movimiento me encuentro sobre la cama con él a sobre mí, y me gustaría decir que lo he lanzado lejos de mí, pero él es fuerte, raro en un niño con su contextura, también pude sentirlo cuando me ayudó a subir las escaleras.
—Cuando quiera ayudarte—dice abriendo el botiquín sin mirarme, su expresión es completamente seria y hasta fría, pero lo que más intimidante me parece es su sonrisa, una pequeña, una que parece inocente—, lo haré aunque no quieras, ¿por qué? Porque aunque no compartamos completamente la sangre, la compartimos. Eres mío, Levent, los cinco, hasta el diablo me pertenece, y los voy a cuidar.
Me quedo quieto y en silencio, recibiendo su atención. Sus dedos pequeños y finos limpian las heridas de mi rostro y luego las unta con una crema que ayuda a desinflamar. Para mañana las heridas ya van a estar bien y no van a doler. Aunque es gracioso, las heridas sanan, pero desde pequeño aprendí que hay heridas que no.
Cierro los ojos y dejo que se encargue de todo, sinceramente hoy no tengo fuerzas para nada, solo quiero dormir.
***
El tararear de una voz suave y angelical me hace sonreír, las caricias en mi cabello se sienten muy bien, me dan calma, demasiada, quisiera sumergirme para siempre en esta sensación. Pero mis ojos se abren lentamente, y me doy cuenta de que estoy despierto, pero esa voz angelical sigue llegando suavemente a mis oídos, y que las caricias no se han detenido sobre mi cabeza.
—Sigue durmiendo—pide de repente—, necesitas descansar, cierra los ojos, Lev.
Y como sí fuera una orden mis ojos se cierran nuevamente y sigo durmiendo, y no me despierto hasta que un estruendo me sobresalta, me levanto rápidamente de la cama a pesar de que me duele el cuerpo, Kilyzhian no está por ningún lado, me apresuro a moverme hacia la ventana, la barrera qué protege la mansión está siendo atacada sin parar, no puedo evitar maldecir al ver que algunas partes están agrietadas.
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Oscuridad gris.©#1
SonstigesHISTORIA ORIGINAL. -Te estoy haciendo daño, sí, no porque te odie, no, para mí ni siquiera eres una mota de polvo -digo con indiferencia, luego apunto el cuchillo ensangrentado en su dirección, cosa que lo estremece de terror-, te hago daño porque a...