||C#1: Hermano||

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Cenizas eres y cenizas serás, no, yo siempre fui el que renacía de ellas, pero no como fuego, sino como un profundo abismo: MissingP

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Cenizas eres y cenizas serás, no, yo siempre fui el que renacía de ellas, pero no como fuego, sino como un profundo abismo: MissingP.

Ha pasado otra semana desde que desperté en el cuerpo de un niño de más o menos diez años, me tomó tres días controlar mi descontrol y confusión, y otros dos para organizar mis recuerdos, y en definitiva entiendo porque mi alma ahora está en este pequeño cuerpo, he muerto, más bien, me han asesinado, mis recuerdos de esa noche están muy claros. También he pensado que hay una razón especial detrás de mi despertar en este niño. Ahora la cuestión es saber cuál es. Tengo que tener todo bien claro para poder tomar decisiones y actuar.

—Comida —dice una voz masculina del otro lado de la puerta, es la misma de estos últimos días—. Responde.

No lo hago, no porque no quiera, sino porque no le hablaré a nadie que no me dé la cara.

—¿Ya se murió? —se pregunta a sí mismo.

Aún respiro, y no pretendo dejar de hacerlo pronto.

Me tenso un poco al oír que la puerta se abre, giro hacia ella, un hombre alto de traje me está mirando desde la puerta, hace una mueca al verme de pie, respirando.

—Sí alguien te habla debes responder, ¿no te enseñaron modales esas niñeras tuyas? —Su tono altanero y mirada de un verde opaco, tiene algo que me pone alerta—. Se supone que tendría que dejarte salir hoy, pero con esa actitud que tienes, mereces quedarte aquí unos días más, a la señora de la mansión no le importara.

¿Señora de la mansión, eh? Bueno, ahora tengo un poco de información. Quizás este niño es algún hijo ilegítimo, o solo tiene una madre de mierda como yo. Como no dijo “tu madre” sino señora, es probable que sea una madrastra malvada, este mundo está podrido, así que no me sorprendería.

—Sin respuestas, eh.

Desvío mis ojos hacia el espejo en la pared, ya está roto, un pedazo está en el piso, no me costaría nada tomarlo y clavárselo en algún lugar, pero debo pensar, no actuar con precipitación. Es un hombre grande y fuerte, al contrario de mí qué solo soy un niño pequeño sin fuerzas.

—¿Quién eres? —No desvío mis ojos de su rostro sorprendido—, ah, mierda, ni siquiera sé quién eres tú, no tengo recuerdo de ti, o quizá eres alguien insignificante como para que te tenga en cuenta.

Se me queda viendo como si fuera algo fuera de lugar. Sus ojos brillan con algo extraño, como si temiese el hecho de que este hablando, algo raro cuando él mismo ha estado pidiendo respuestas de mi parte.

—¿H-Hablas?

Lo miro como si fuera un idiota. Me aproximo y extrañamente él retrocede, puedo ver la llave en la puerta, así que una idea divertida cruza por mi mente. En el momento que noto que está lejos de la puerto, no lo dudo, corro con las pocas fuerzas que me quedan y salgo del claustrofóbico cuarto, cierro la puerta y giro la llave rápidamente, segundos después libero una risa larga y profunda al oír que golpea y grita qué abra la puerta.

Oscuridad gris.©#1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora