||C#07: Príncipe||

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La vida siempre está al borde de la muerte: MissingP

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La vida siempre está al borde de la muerte: MissingP.

«KILYZHIAN»

Levent se acaba de dormir nuevamente, parece que mi voz de angelito lo ayudó mucho, o puede que sea como algunas personas que cuando le tocan la cabeza se relajan y duermen plácidamente. En fin, no importa, lo importante es que está descansando, con solo verlo es obvio que carga con muchas cosas y profundo cansancio físico y mental. Solo es un niño y tiene que pasar por todo tipo de cosas. Mientras yo he estado disfrutando de las cosas, él ha estado pasando por un entrenamiento brutal. Y los demás pasan horas y horas estudiando, es demasiado, pero no puedo entrometerme en sus cosas, al menos no completamente.

Los herederos Arslan tienen al diablo como padre, es alguien que no tiene sentimientos por sus hijos, sentimientos buenos, pero sí algo me queda claro es que nos necesita, y quizás a mi no me dé tanta relevancia porque aún no despierto la energía demoníaca qué mis hermanos ya despertaron, pero cuando lo haga, sí es que lo hago, tendré seguramente que soportar el mismo trato, obviamente no pretendo pasar por más mierda, con lo que viví en mi vida pasada fue suficiente. Así que tendré que ver la manera de que nadie se meta conmigo y los míos.

Luego de meditar unos minutos más sobre mi situación, quito la cabeza de Levent de mis piernas y le coloco un almohada. Salgo de la habitación sin hacer ruido, bajo las escaleras y me dirijo hacia la cocina. Entro en el lugar y veo a un niño sentado sobre la mesada, está balanceando sus pies descalzos mientras bebe leche de una caja.

—¿Me dejas un poco?—El niño baja la caja y me da una mirada azul profunda—. Wow, que ojos más bonitos.

—¿Bonitos?—Ladea la cabeza, interesado—. Mamá los odia.

—Mi mamá también odiaba mis ojos—Me muevo hacia la heladera, la abro y saco una banana. En ningún momento deja de verme—. Algunas mamás son así.

—Pero, ¿por qué los odiaba tu mamá?

—No sé—Hago una mueca—, supongo que le daban miedo, porque feos no son, ¿o te parecen feos mis ojos?

Me muevo hacia él y abro mucho mis ojos logrando que sonría.

—No, son bonitos.

—¿Y te dan miedo?

—Mm, no, no dan miedo, ¿mis ojos te dan miedo?—Abre mucho los suyos también, eso me roba una risa.

—No, tus ojos también son bonitos, y lo mejor de todo es que son iguales a los míos, ¿no es genial?

—Sí, el hombre malo también tiene los mismos ojos que nosotros.

Oscuridad gris.©#1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora