UN LUNES DE SORPRESA
VENUS
Axel me abrazó fuertemente cuando entré en su apartamento, y yo me sentí en casa. El calor de su cuerpo y el olor a su colonia me envolvieron, y me sentí segura.
—¿Cómo te fue?, —preguntó, mientras me besaba en la mejilla.
Me reí.
—Fue agradable, —dije. —Asher me llevó a cenar a Le Baccara.
Axel sonrió.
—Es un lugar elegante, —dijo. —Me alegra que hayas disfrutado.
Nos sentamos en el sofá, y Axel me tomó la mano. La habitación estaba en silencio, solo interrumpido por el sonido de la música suave que provenía del equipo de sonido.
Me sentí cómoda en el silencio, rodeada por la presencia de Axel. No necesitábamos hablar; solo estar juntos era suficiente.
La luz de la luna se filtraba a través de la ventana, iluminando la habitación con un resplandor suave. El aire estaba lleno de una sensación de intimidad, como si estuviéramos en nuestro propio mundo.
Axel me miró a los ojos, y yo sentí un escalofrío. Su mirada era profunda y emocional, y yo me sentí desnuda ante él.
—Venus, —dijo, su voz baja y sensual. —Eres tan hermosa.
Me sonrojé.
—No necesitas decir eso, —dije, mirando hacia abajo.
Axel me tomó la barbilla y me hizo mirarlo.
—Sí, necesito decirlo, —dijo. —Porque es verdad.
Me sentí conmovida por sus palabras, y mi corazón latió más rápido.
Mientras Axel me hablaba, Orión, nuestro gatito, se acercó a nosotros, frotándose contra mis piernas. Me reí y lo tomé en brazos, acunándolo como a un bebé.
Axel sonrió.
—Orión siempre sabe cómo intervenir, —dijo, acariciando al gatito.
Orión ronroneó contento, y yo me sentí aún más relajada. La presencia de Axel y Orión me hacía sentir en casa.
Axel se levantó y se sentó junto a mí en el sofá, rodeándome con su brazo. Orión se acomodó en mi regazo, y los tres nos sumimos en un silencio cómodo.
La música suave seguía sonando en el fondo, y la luz de la luna iluminaba la habitación. Me sentí envuelta en una sensación de paz y felicidad.
—Me encanta pasar tiempo contigo, —dijo Axel, besándome en la mejilla.
—igual yo, —dije, sonriendo. —Me siento tan cómoda cuando estás cerca.
Axel me miró a los ojos.
—Eso es porque estamos hechos el uno para el otro, —dijo.
Me sentí conmovida por sus palabras.
—Creo que tienes razón, —dije.
Orión, como si supiera que estábamos compartiendo un momento especial, se estiró y maulló suavemente.
Axel se rió.
—Parece que Orión está de acuerdo, —dijo.
Me reí y abracé a Axel.
—Definitivamente, —dije.
El silencio y la calidez de la noche nos envolvieron, y pronto nos sumimos en un sueño profundo. Orión se acurrucó en el cama, junto a nosotros, y su suave ronroneo nos acompañó hasta la mañana.
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El Dia Que Mi Mundo Se Detuvo (TERMINADO)
Roman d'amour¿Estás preparado para enamorarte y sufrir con cada página? Es una historia de amor que te arrastrará a un torbellino de emociones. Dos almas destinadas a estar juntas, pero condenadas a sufrir por su amor. Un romance prohibido que desafiará el desti...