MISERY IN THE NIGHT

Coleccionista

31 de octubre, Halloween, época del año donde toda travesura estaba justificada por un contrato cantado cada vez que alguien abría su puerta. Era una época gloriosa, nada podía ser más divertido que la noche de brujas tanto para los niños como para los grandes...

Ella como cada año ha esperado está noche con ansias, cuando el sol cae es su señal para irse preparando para ir a "pedir dulces" a su club favorito y con un poco de suerte se iba a llevar un pequeño recuerdito de ahí. Mientras camina por las semi oscuras calles de la moderna Londres se roba las miradas obscenas y llenas de lujuria mal disimulada tanto de hombres como de algunas mujeres, se ve hermosa y lo sabe, el pequeño short ajustado de látex negro y el top a juego con este acentúa sus curvas y deja ver parte de su pecho a través de un agujero en forma de corazón, además, es imposible ignorarla cuando está usando sus botas negras de tacón que le dan bastante altura. Cualquiera diría que se disfrazó de una prostituta pero no, ella era un demonio, las pequeñas alas de murciélago en su espalda y la pequeña diadema con cuernos rojos sobre su atada cabellera carmesí lo indicaban.

Con esta indumentaria ella camina hasta que se detiene en un vistoso y atiborrado club nocturno, muchos están afuera gritando que los dejen pasar pero ella pasa de todos ellos, saluda al guardia y este la deja entrar como si nada, era una de sus mejores clientes después de todo. Adentro la música y la fiesta ya están a tope, cientos de personas con disfraces hacen el ridículo y se divierten como nunca, ella sonríe al verlos y piensa en unirse a ellos hasta que, en una esquina cercana nota un par de ojos carmesí que llaman su atención y no duda en ir hacia ellos al saber de quién se trata.

-- ¡Sebas chan~! Que milagro verte por aquí~

-- Lo mismo digo Sutcliff san, ¿No es algo temprano para usted? -- Pregunta el hombre enmascarado y traje de mayordomo que mira a la pelirroja con una sonrisa.

-- Hoy no, sabes que me gusta iniciar temprano~ -- Contesta ella risueña -- Dime, ¿Hay algo interesante en el menú de esta noche?

-- No hasta el momento. No sabría decirlo con exactitud ya que apenas llegué hace un par de minutos. Tuve un pequeño retraso.

-- ¿Retraso?

-- Vaya, ahora llegaron los dos -- Un hombre pelinegro de ojos color miel y un traje elegante, similar al de algún príncipe de la realeza se les acerca -- Los dos remilgosos, vaya combinación.

-- Oh my... Vaya, esto si es nuevo. ¿Qué lo trae por aquí su majestad? -- Dice Grell haciendo una reverencia para después estallar en risas -- Y yo que pensaba que no te caímos bien, Faustus~

-- Más respeto con tu manera de hablar, Sutcliff -- Contesta el hombre con un ligero tono de molestia en su voz -- Solo vine a advertirles que no quiero nada de escándalos está vez. Ustedes dos con sus gustos peculiares siempre provocan problemas.

-- Pero también te traemos beneficios y lo sabes~ -- La pelirroja se recarga un momento del pecho del "príncipe" y hace pequeños círculos con su dedo índice sobre este, sin embargo, al ver la mirada molesta del pelinegro solo rueda los ojos y se aleja -- Bien, nada de escándalos, lo sabemos. Descuida, no pasará nada que no sepamos controlar.

-- Eso espero.

Faustus se va, desaparece entre la multitud dejando solos al enmascarado y a la demonio que comparten una breve mirada risueña al ya no tenerlo cerca.

-- Bien querido, no sé tú pero creo que es el momento de que yo haga mi entrada. Tengo que empezar temprano para conseguir algo bueno~

-- Lo entiendo, buena suerte esta noche Sutcliff san.

-- ¡Igualmente Sebas chan~!

Ella le lanza un beso con sus labios pintados de carmín y corre hacia la multitud que se encuentra en la pista de baile. En un solo un par de minutos ya tiene a un montón de desconocidos animandola, bailando a su alrededor, unos incluso intentan manosearla pero ella los rechaza casi de inmediato, no se había preparado tanto como para meterse con cualquier fulano salido de quién sabe que alcantarilla. Ella quería calidad, diversión en grande, sabía bien lo que quería y encontrarlo en ambientes así era difícil pero no imposible, solo debía ser cuidadosa, estar atenta a todos y en el proceso podía divertirse rompiendo un par de ilusiones por ahí.