El motivo es él

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Texto de trabajo:

Las flores eternas son curiosas pero hermosas decoraciones elaboradas con pequeñas flores frescas en vueltas en alguna mezcla de liquitos y encerradas en una esfera cristal donde su apariencia fresca permanecerá como si fuesen recién cortadas, había escuchado hablar de ellas un par de veces por parte de Kikoru y Minase durante los descansos, parecía un regalo que se había vuelto bastante popular entre los jóvenes últimamente.

No estaba seguro si fue el entusiasmo de las menores, o el vivo y elegante color violeta de la hermosa rosa que ahora reposaba en el pequeño escritorio de su habitación lo que le habían llevado a comprar el objeto, pero el hecho es que ahora se encontraba ahí y el carecía de cualquier excusa valida para entregar el obsequio a la persona para la que lo había comprado.

- Lo vi, y pensé que te gustaría… porque claramente le gustan las cosas lindas como a cualquier chica de preparatoria – Se reprendió mientras estrellaba una mano contra su frente - ¿Por qué si quiera lo compre?

Volvió a cuestionarse la tonta compra impulsiva que había realizado, incluso mantuvo la mirada fija en el objeto como si esperase que este le contestase, pero al no obtener la iluminación divina que estaba buscando simplemente suspiro cansado antes de prepararse para dormir. Quizás mañana con la mente descansada podría pensar en una buena razón por la que presentarle el obsequio a su pareja.

                                                                   

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- No creo que necesites una razón para obsequiarle algo al vice capitán, quiero decir, ustedes están saliendo, ¿no?

Kafka desearía poder pensar en el tema como algo tan simple de la misma forma que Reno intentaba convencerlo de que lo era.

- Es una flor…

- Podrías intentar verlo más como un adorno, después de todo está en un cristal, quizás podrías decirle que se vería bien en su escritorio

- ¿Para que observe todos los días la rosa que le di?

- Lo haces sonar como si fuera el regalo de un acosador, senpai…

- ¿Acaso hay una gran diferencia entre el anciano y un acosador? – Los comentarios groseros y burlescos de Shinomiya no se hicieron esperar al unirse a la conversación – después de todo, este anciano prácticamente se la pasaba corriendo tras el vice capitán incluso desde antes del no. 9

- ¡No lo estaba acosando! Pensaba que era un tipo genial y fuerte, solo intentaba aprender todo lo que pudiera de él, ¡además entre a la fuerza como su cadete, se supone que me mantuviera cerca!

- Y seguro que lo disfrutaste, deberías estar agradecido de no haber sido denunciado por acoso

- Serás…

- Muy bien, cálmense ustedes dos, Senpai lo esta pasando realmente mal aquí Shinomiya, ¿tienes alguna sugerencia? – Indago para casi de inmediato recibir un chasquido de lengua por parte de la menor.

- A diferencia tuya anciano con nula autoconfianza, el vice capitán es alguien directo y confiado, ¿realmente puedes verlo haciendo un drama por algo tan ridículo?

- Honestamente lo veo más bien burlándose a todo pulmón mientras pasea por toda la base contando la historia… - La pregunta era para Kafka, pero Reno fue incapaz de ignorar la burlona imagen de su superior avergonzando a su Senpai por todo el lugar.

Él también tiene un lado tímido… - Murmuro indignado por las maquinaciones de sus amigos – bien, puede que tengan algo de razón y realmente no le importe… mucho

- Genial, ¿entonces cuando piensas dársela, Senpai?

- Espera, ¿ahora?

- No, dentro de tres años o en su boda – Reprendía sarcásticamente la menor del grupo – obviamente estos días, nadie compra un regalo solo para arrojarlo al armario por años

- ¡Lo se!, solo… no me presionen con ello, necesito un buen momento

- Senpai, compraste la flor eterna sin ninguna razón importante en mente, creo que simplemente deberías dársela de la misma manera

- Puedes decir que te sentías tan viejo que temías no llegar a su primer aniversario

- ¡Que no estoy tan viejo!

- Vamos ustedes dos, cálmense…

Desafortunadamente para todos sus intentos de encontrar una buena forma de entregar el regalo, el resto de ese día se convirtió en él discutiendo con Kikoru teniendo a Reno como mediador, y mas y mas ejercicios y tareas que hacer en la base, al menos podía agradecer que ese periodo de tiempo estuvo lo suficientemente atareado como para olvidarse del asunto y poder respirar relativamente tranquilo.

Al menos, hasta que regreso a su habitación con la única intención de dormir, pero encontrándose con su hiperactiva pareja tan entretenida hurgando por toda la habitación, sin la más mínima consideración por su privacidad, que ni siquiera pareció notarlo llegar, y mayor fue su sorpresa cuando le vio dirigirse al pequeño escritorio donde ya hacia el objeto con el que su mente le había estado atosigando los últimos días.

- ¡¿Qué haces aquí?! – Alzo la voz en vuelto en pánico sorprendiendo al menor, que dio un pequeño salto hacia atrás antes de girarse en su dirección claramente desconcertado con su reacción.

- No nos hemos visto desde el entrenamiento matutino de ayer – Señalo mientras se sentaba en la cama del mayor.

- Ah, sí, es cierto… - Concedió antes de que un incomodo silencio inundara la habitación.

- Supongo que debería irme… - Sugirió al ponerse de pie, dispuesto a darle su espacio al otro.

Y fue precisamente esa acción la que hizo entrar en verdadero pánico a Kafka, Hoshina no estaba usando su característico tono burlo, simplemente estaba actuando tranquilamente, había interpretado su grito anterior como un enfado por la intromisión en su espacio personal y ahora estaba retirándose para no causar más problemas.

- ¡Espera! – Se sintió morir cuando vio al menor detenerse instantáneamente a su llamado y girarse con una expresión culpable en el rostro, dispuesto a disculparse por irrumpir así en su habitación – no estoy enfadado, no hiciste nada malo, es solo que… - Tuvo que dar una gran bocanada de aire antes de encontrar el valor para decir lo que tenía en mente, pero parecía estar siendo el doble de complicado de lo que pensó.

Por ello, frente a la atenta mirada de Soshiro, quien ahora le observaba con notable confusión, dio la media vuelta y se dirigió a su pequeño escritorio, quizás no era el momento memorable o siquiera agradable en el que imagino que sucedería, pero sabía que no había otra manera de solucionar su metida de pata, además si no lo hacía ahora, ¿Cuándo?

- Es violeta, así que no pude evitar pensar en ti y la compre sin pensarlo realmente, estaba buscando un buen momento para dártelo, pero… bueno, supongo que no importa

La sorpresa en el rostro del menor rápidamente se transformo en curiosidad cuando la esfera de cristal fue colocada suavemente en sus manos, pareció examinarla durante lo que Hibino sintió como horas, para finalmente alzar el rostro sonrojado con una ligera sonrisa.

- Así que, ¿soy así de lindo? – Bromeo todavía avergonzado por la situación.

- No, lo eres aún más – Aclaro antes de unir sus labios con los de Hoshina, aliviado de que su regalo fuese bien recibido.

One-Shot de kaiju no8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora