One-Shot de kaiju no8

La hiedra crece

Dedicado a Zhoripan

Narumi Gen x hoshina soshiro

Resumen:

Narumi no sabía qué odiaba más: los pétalos en su garganta o a Hoshina Soshiro.

[Narumi Gen desarrolló la enfermedad de Hanahaki.]

Texto de trabajo:

El primer pétalo violeta reposó burlonamente en la mano de Narumi.

Narumi se quedó mirándolo. Ignoró la persistente picazón en su garganta y se tragó otra tos entrante. ¿Qué diablos ?, pensó . ¿Qué diablos es esto? ¿Qué demonios...?

Y entonces volvió a aparecer: la horrible regurgitación en su garganta, que le inundó la boca con una dulzura repugnante, tan viscosa que sabía amarga. A continuación, le sobrevinieron las arcadas, inesperadas e incontenibles, que hicieron que Narumi se encorvara sobre el lavabo y observara cómo más pétalos salían de su boca y caían sobre la porcelana prístina.

No está pasando . Narumi se puso de pie cuando la tos se calmó, miró su reflejo en los ojos y escupió un pétalo restante que estaba atrapado entre sus dientes. Esto no está pasando , se dijo a sí mismo, no ahora mismo, no cuando estaba en medio de un combate de entrenamiento con...

-¿Está bien ahí, capitán? -La empalagosa voz de Hoshina llegó desde afuera, y Narumi necesitó de todas sus fuerzas para no gemir-. ¿Le hice tanto daño que necesita tomar otros diez?

Narumi puso los ojos en blanco. Como si ... Rápidamente recogió todos los pétalos de las flores y los tiró al inodoro antes de salir furioso, chocando sus hombros contra los de Hoshina mientras atravesaba la sala de entrenamiento. Recoger sus cosas, irse y sumergirse en el jacuzzi hasta que su piel se arrugara y las flores de sus pulmones se marchitaran; ese era el plan de Narumi. No importaba que las flores fisiológicamente no pudieran eliminarse de esa manera, tenía que intentarlo.

-Hemos terminado -dijo Narumi secamente.

-¿Ah, sí? Eso es nuevo -comentó Hoshina. Incluso sin mirar la cara del cabrón, Narumi se dio cuenta de que había una horrible sonrisa dibujada en el rostro de Hoshina-. No pensé que el día en que admitieras la derrota llegaría tan rápido...

La irritación le picó en la sien a Narumi. -No voy a admitir la derrota. -Se dio la vuelta y... Ah, ahí estaba... la fea sonrisa de Hoshina. Directamente en la nariz. Narumi la odiaba. Odiaba cómo le enviaba otra oleada de pétalos a la garganta-. Solo...

-¿Qué ? -preguntó Hoshina. El bastardo se levantó la camisa y usó los bordes para limpiarse el sudor de la cara, mostrando los músculos tonificados de su estómago. Había mechones de cabello asomando por las bandas de sus pantalones, y Narumi se preguntó brevemente si la cintura de Hoshina se había adelgazado desde la última vez que entrenaron, o si los pantalones que usaba ahora eran particularmente grandes. -¿Solo te rindiste?

Narumi apretó los dientes. Hoshina Soshiro era tan irritante como hermoso, una verdad que Narumi nunca confesaría ni siquiera en su lecho de muerte, pero una verdad, al fin y al cabo. Era como si el universo le hubiera dado a Hoshina un manual titulado 101 maneras de cabrear a Narumi Gen. Y Narumi se sentiría halagado, en realidad, porque Hoshina lo molestaba tanto como manejaba sus espadas, y ¿cuánto tiempo pasó Hoshina estudiándolo para saber exactamente qué botón presionar? Pero, Dios mío, era insoportable. Simplemente ríndete . Hoshina sabía muy bien que Narumi no era del tipo que se rinde. ¿No habían sido las dos últimas personas en el campo de entrenamiento cada noche, las dos primeras personas en llegar al patio de instrucción cada amanecer, cuando eran cadetes? ¿Cuánto tiempo habían luchado lado a lado y se habían mantenido como los dos últimos soldados que mataban a los kaijus restantes para que sus camaradas no tuvieran que hacerlo?