UN AMOR INCOMPARABLE (Sprout x Cosmo)

Las Marcas del Amor

La mañana siguiente al "Verdad o Reto" fue tranquila, o al menos lo parecía. Cosmo se despertó con una sensación extraña en el cuello, recordando vagamente la intensidad de la noche anterior. Sin embargo, pronto notó que algo no estaba bien cuando vio su reflejo en una ventana: varias marcas rojizas decoraban su cuello. ¡Hickeys! Se sonrojó al instante.

Cosmo: "¡Oh no! ¿Qué voy a hacer?" —se dijo a sí mismo.

Antes de que el pánico lo envolviera por completo, Sprout, que estaba junto a él, se dio cuenta del problema. Con una sonrisa divertida, le pasó su bufand y le guiñó un ojo.

Sprout: "Usa esto. Nadie notará nada."

Cosmo, aún con las mejillas sonrojadas, se puso la bufanda alrededor del cuello. Era un poco grande para él, pero le sirvió para cubrir las evidentes marcas que no quería que el resto del grupo viera.

Cosmo: "Gracias, no sé qué haría sin ti."

Sprout rió suavemente y le dio un beso en la frente antes de salir con Toodles para enseñarle cómo funcionaban las máquinas de Ichor en la base.

Más tarde, Cosmo se reunió con Poppy en el área común, tratando de actuar lo más normal posible. Poppy, siempre observador, notó de inmediato algo raro en su amigo. Cosmo no solía usar bufandas, y menos una tan llamativa como la de Sprout.

Poppy: "Bro, ¿qué haces con la bufanda de Sprout? ¿Te resfriaste o algo?"

Cosmo intentó mantener la calma y cambiar de tema rápidamente.

Cosmo: "Oh, no, solo... hace un poco de frío, ¿sabes? Nada grave."

Pero justo en ese momento, mientras estaban revisando unas herramientas, la bufanda de Cosmo se soltó un poco y cayó al suelo. Poppy, con sus ojos de halcón, vio inmediatamente las marcas en el cuello de Cosmo y su expresión cambió de preocupación a puro asombro.

Poppy: "¡Bro! ¿Qué te hicieron? ¿Estás bien? ¿Te atacaron? ¡Tienes marcas por todo el cuello!"

Cosmo, completamente sonrojado y nervioso, se apresuró a recoger la bufanda del suelo y volvió a cubrirse el cuello rápidamente.

Cosmo: "¡No, no! No es lo que piensas..."

Poppy se cruzó de brazos, claramente confundido y esperando una explicación. Cosmo, sin otra opción, decidió contarle la verdad, aunque se moría de la vergüenza.

Cosmo: "Es que... bueno, anoche... Sprout y yo... tuvimos un momento, ¿ok?"

Poppy arqueó una ceja, procesando lentamente lo que acababa de escuchar. Luego, su expresión pasó de shock a una mezcla de picardía y diversión.

Poppy: "¡Ahhh! ¡Con razón usabas su bufanda! Ya veo, ya veo..." —soltó una risa suave— "¡Nunca pensé que te vería así, bro! ¿Y te dejó esas marcas de recuerdo, eh? ¡Sprout no pierde el tiempo!"

Cosmo se cubrió la cara con las manos, demasiado avergonzado para mirarlo.

Cosmo: "¡Cállate, Poppy! No fue nada de eso... Bueno, no exactamente... ¡Ay, no puedo hablar de esto contigo!"

Poppy, siempre el bromista, le dio una palmadita en el hombro.

Poppy: "Está bien, bro. Solo asegúrate de usar bien esa bufanda, o te van a molestar más de lo que crees. Aunque si quieres mi opinión, no deberías esconderlo. ¡La gente tiene que saber que tu chico te quiere bien cuidado!"

Mientras tanto, en la sala de máquinas, Sprout estaba con Toodles, mostrándole los controles y las medidas de seguridad para manejar las máquinas de Ichor.

Sprout: "Siempre debes mantener esta presión bajo control. Si sube demasiado, la máquina puede fallar. ¿Entendido, pequeña?"

Toodles, con ojos brillantes, asintió emocionada.

Toodles: "¡Sí, papá! ¡Lo haré bien!"

Pero en medio de la lección, Sprout escuchó las risitas que venían del pasillo y un comentario que le hizo levantar la cabeza.

Poppy se acercaba con una gran sonrisa, seguido por Cosmo, que parecía completamente rojo de la vergüenza.

Poppy: "Hey, Sprout, ¿por qué no le dices a Cosmo que no necesita esconder sus 'souvenirs'?"

Sprout miró a Cosmo, quien intentaba evitar su mirada a toda costa, y no pudo evitar reírse.

Sprout: "Bueno, al menos la bufanda te queda bien."

Toodles, sin entender del todo, miró a su papá y luego a Cosmo.

Toodles: "¿Qué pasó, mami? ¿Por qué estás tan rojo?"

Todos comenzaron a reírse, y Cosmo, resignado, solo pudo suspirar mientras se cubría el rostro nuevamente.

Cosmo: "Nunca voy a escuchar el final de esto, ¿verdad?"