Capitulo VI

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— ¡Aiden!

Thomas abrió de un tirón la puerta de su alcoba en Bjornias, donde Aiden se encontraba firmando unos papeles. Al oir la puerta abrirse de un estruendo, se asustó.

— ¡Thomas! ¡Casi muero del terror! — Reprendió enojado al amigo.

— ¡Lo bese! — Tom cerró la puerta con la misma intensidad de antes. 

— ¿Qué?

— ¡Lo bese! ¡Bese a Jake! 

El rey se dirigió hacia su mano derecha y lo sacudió de la emoción de arriba a abajo, marcando pequeños saltitos. Su cara era carmesi intensa y su sonrisa podría calificarse como la más grande que ha tenido Thomas en su vida. 

—Oh, ¿felicidades? —respondió Aiden desinteresado. Acostumbrado a los ataques de felicidad juveniles que contenía su monarca de vez en cuando. —Y dime, ¿qué harás ahora?

— E-eh? O-oh… — El castaño espabiló repentinamente de su situación, recordando cómo su ahora pareja quería tener relaciones carnales con él y lo arruinó. El carmesi de sus mejillas subió un tono más de intensidad, para luego desmayar su cuerpo sobre la cama mientras sus palmas tapaban su rostro. 

— aaaaagh... Lo arruine todo, Aiden. 

—Eres un caso perdido. ¿Qué le dijiste? 

— E-el queria hacer a-algo m-mas pero le dije que no... — Relato desilusionado de él mismo. —Di como excusa que quería hacerlo luego del matrimonio en Oxemburg, pero la realidad es… ¡Que soy una virgen! — Thomas estaba a punto de romper en llanto por la situación.

—Wow, debió ser una sorpresa gigante. —Agregó sarcástico rodando sus ojos en obviedad y desinterés. 

— N-no se que hacer! ¿C-Cómo debo tratar a alguien así? Es demasiado lindo y genial… ¡No puedo dejar que su primera vez sea horrible! 

—Aja. — Agregó Aiden. Obviamente se notaba desde lejos que Jake ya tenía experiencia en amoríos, pero no quería romperle su burbuja de "primer amor" a Thomas, así que no comentó sobre eso. 

—¿Cómo puedo verme como alguien seguro y experimentado cuando no sé nada? ¿Cómo debería tratarlo? — Thomas le preguntó al contrario mientras él de pelo bicolor seguía hojeando los papeles que debía firmar y confirmar. —Quiero verme como un novio guay frente a él… ¡Ayudame Aiden! 

—Bueno, ¿Le dijiste que quieres hacerlo después del matrimonio, verdad? Solo sostén tu palabra. — Sugirió el de menor estatura. — A cualquiera le gusta un hombre decidido. 

—¿Se-seguro? —balbuceó el de gran físico. — ¿Y si vuelve a insinuarme? 

— hmm... — pensó. —Sigue repitiendo lo mismo. Seguramente te estará probando para comprobar que tan firme eres ante tu palabra; ya sabes, no caer en la tentación y esas cosas…

— Si! ¡Tienes razón! —declaro.

—Pero tampoco seas duro. Siempre sea suave y cariñoso para que no imagine que perdiste el interés en él. Ten cautela. 

—¡Lo haré! —Replico una segunda vez.

—Y luego cuando llegues a Oxemburg, te lo follas duro en la noche de bodas.

— Si! - Espera… —¿¡Qué?! —exclamó asustado por la expresión para luego sonrosarse. — ¡No puedo hacer eso! 

— ¿Por qué no? Mantén tu palabra. Le hablaste sobre "después del matrimonio". ¿Cuando pensabas follartelo? 

— Pero...¿Duro?... — Su sonrojo fue doblemente más fuerte de lo común. Su cabeza daba vueltas y vueltas. —N-no podría… ¿N-no debería ser más cuidadoso?

¡Mi esposo no es de cuento de hadas! - TomJakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora