CAPÍTULO 8: CORAZONES TAMBALEANTES

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Naruto no sabía muy bien como sentirse, cuando hace un año atrás rechazó a Hinata ya que no sentía lo mismo por ella creyó que era lo correcto. No podía aceptar sus sentimientos cuando él no se sentía de la misma manera, ella merecía a alguien que la amara de todo corazón y solo a ella.

Sabía que sus sentimientos no eran correspondidos, que estaba en un romance espinoso, pero no perdía las esperanzas de que Sakura lo volteara a mirar. El día que sus padres habían muerto ella se había vuelto su esperanza, sus palabras la ayudaron y su carácter le recordaba tanto al de su madre.

Aun así Hinata se había vuelto verdaderamente importante para él. Puede que le gustara Sakura, pero Hinata era su lugar tranquilo, cuando estaba con ella se sentía en paz y lo hacía sentir seguro. Por eso se alegró cuando ella aceptó seguir siendo su amiga a pesar de su rechazo.

La chica le había caído bien desde el momento en que la había conocido, tal vez le había parecido algo extraña con todos esos desmayos, pero al irla conociendo descubrió lo maravillosa que era. Además, ocultaba dolorosos recuerdos, sobretodo lo relacionado con su progenitor, por suerte gracias a su intervención pudieron solucionar malentendidos y repararon aquella relación rota.

Aquel cambio dejó una gran huella en la chica, que brilló como nunca.

La Hinata actual era distinta a la que años atrás había conocido, por eso cuando se le declaró lo sorprendió, siempre pensó que solo lo veía como un amigo. Las cosas después de su rechazo habían estado tensas, a pesar de que ambos estuvieron de acuerdo en actuar con normalidad.

Pero con el paso de los meses poco a poco volvieron a recuperar esa amistad que tenían en el principio.

Ella lo hacía reír como nadie y podía ser mucho más ocurrente de lo que se veía a primera vista. Además, sabía sobre tantas cosas que podía quedarse horas escuchándola hablar de lo que fuera. Podía sonar raro, pero incluso las pequeñas manías que tenía le parecían adorables, como su frente se fruncía cuando se enfadaba, como le gustaba que todo estuviera bien ordenado y su extraña predilección por los números pares.

Con los años se volvieron tan cercanos que una vez al mes quedaban para pasar todo el día los dos solos y eso era algo que ni siquiera su rechazo había roto.

—Pero es nuestro día —dijo Naruto con un tono serio nada usual en él.

Hinata lo miró con arrepentimiento, le encantaba pasar sus tardes con Naruto, pero tenía algo más importante que hacer. De solo recordar lo mucho que aquella noticia había afectado a Sasuke sentía que no podía dejarlo solo.

—De verdad que no puedo, lo siento mucho —dijo la chica arrepentida.

Naruto la miró dolido, desde hace una semana llevaba casi ignorándolo. No sabía porque, pero cada vez que le decía para quedar o hacer algo juntos le ponía alguna excusa tonta. Creyó que como ya se acercaba su día no la presionaría más, pero cuando se negó fue la gota que colmó el vaso.

—Al menos dime porque —dijo con algo de resentimiento.

La chica miró incómoda hacia otro lado, no sabía cómo decirle aquello sin exponer a Sasuke.

—Debo acompañar a alguien —dijo intentando no decir demasiado.

Naruto solo la miró por un rato, no entendía para nada su actuar, en verdad quería seguir interrogándola, pero ella no era alguien que mintiera si no se lo podía decir seguro que había dado su palabra.

—Muy bien, pero no te perdonaré si me vuelves a dejar plantado —dijo con una sonrisa.

La chica solo lo abrazó, haciendo que él correspondiera al gesto. Su característico olor a lavanda lo hacía sentir tan bien.

—Gracias —dijo con una sonrisa.

OOoOoOo Una semana atrás oOoOoOo

Desde que él y Hinata eran amigos la chica y él comían juntos, por supuesto que había sido idea de ella. Al principio había intentado que su amiga Temari de la clase de al lado se les uniera, por suerte la chica había dicho que mejor comieran solos.

No la conocía, pero parecía una chica lista.

Sasuke se iba a quejar, ya que siempre había sido de los que comen solos, pero la chica preparaba su propia comida e incluso le traía una extra a él, por lo que se podía ahorrar el viaje hasta cafetería. Además, la comida de la chica era increíblemente buena y lo hacía sentir como en casa.

—Realmente le gusta el tomate —dijo Hinata divertida haciendo que Sasuke solo alzara los hombros.

Podía negarlo, pero pasar tiempo con la chica libera un poco su alma de toda la culpa y dolor que sentía. Cuando la veía reír se podía olvidar de todo. Pero con ese mensaje fue devuelto a la realidad.

Su teléfono sonó y de mala gana lo tomó, pero su actitud cambió al ver quien era.

Hinata podía notar una diferencia en el chico, todo su cuerpo estaba tenso y parecía sudar frío mientras miraba su teléfono.

—¿Estás bien? —preguntó preocupada.

Sus miradas se conectaron, parecía perdido así que sin pensarlo demasiado lo abrazó mientras susurraba "está bien".

Después de unos minutos de silencio y que Sasuke recobrara la compostura se alejó de ella. Aún no comprendía porque la chica tenía tanto poder sobre él, incluso para mostrarle su lado más vulnerable, aquel que llevaba ocultado desde hace un tiempo.

Hinata no sabía lo que ocurría, pero fuera lo que fuera parecía importante. No lo había conocido por mucho tiempo, pero sabía que si lo presionaba solo sería peor. Solo conseguiría que se metiera en su coraza y se negara a hablar.

Así que optó por otro enfoque menos directo, no importaba el tiempo que tomara, quería ayudarlo.

—Estoy aquí para usted —dijo Hinata haciendo que Sasuke la mirara intrigado.

—¿Por qué eres buena conmigo? —dijo sin comprender.

Hinata lo miró seria, pero luego soltó unas palabras que volvieron a sorprenderlo.

—Porque se ve perdido y no puedo dejarlo solo.

Tal vez era una tontería, o solo estaba siendo demasiado emocional, pero la chica hacía que realmente deseara confiar en ella.

—Mi hermano acaba de despertar —soltó dejando con más dudas que respuestas a la chica.

Notas de la autora: Hola, ya estoy por aquí de nuevo. Este capítulo puede que parezca algo desconcertante, pero para el siguiente comprenderán un poco más las cosas. 

Gracias por todo.

Ya nos leemos.

Mi chico maloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora